La irracionalidad marca la diferencia en los negocios

Time Warner compró American Online (AOL) cuando el mercado desaconsejaba esa operación, mientras que Steve Jobs irrumpió con Apple en el mundo de la música y lanzó el iPod un mes después de la caída de las Torres Gemelas y en plena explosión de la burbuja puntocom. Cuando todos apostaban a la soja, en la Argentina poscrisis de 2001, cuatro amigos decidieron crear Globant para exportar... ¿granos? No, desarrollo de software.Aunque el primero de esos casos terminó en uno de los peores fracasos de la historia corporativa de los Estados Unidos y los dos últimos se convirtieron en éxitos estudiados en las grandes universidades, los tres tienen algo en común: la decisión se tomó desde lo irracional o, como se conoce en la jerga del management, según la expresión en inglés "thinking outside the box" (pensando fuera de la caja). Es decir, saliendo del confort de lo establecido.Estas decisiones luego se traducen en dinero y, para bien o para mal, marcan el futuro de empleados, empresas e inversores. Pero, si eso lo saben los grandes CEO mundiales, que además conocen mejor que nadie las posibles consecuencias, ¿por qué aún se toman decisiones con el hemisferio derecho del cerebro? Muy simple: porque es la única forma de aventajar al resto.Humberto Giani, director de las carreras Administración de Empresas y Dirección de Negocios Globales en UADE, dice que la competencia por los consumidores es muy agresiva porque se pelea por un mercado ya maduro. "Por eso, el CEO necesita ver lo que otros no ven, y hacerlo antes que todos. Y para eso hay que salir de lo que es racional", explica Giani.Según Javier García Sánchez, profesor de la carrera de Finanzas en el IAE, de la Universidad Austral, a la hora de tomar decisiones, el manager tiene un arsenal de elementos del lado racional. Cuenta con un sinfín de herramientas y modelos escritos en miles de libros de management, que siguen siendo las mismas desde hace tres décadas, a lo que se suman las estadísticas y la simulación de negocios. "Pero eso lo conocen todos, así que para hacer la diferencia sólo les queda arriesgar por lo irracional", destaca.Claro que no siempre el que apuesta por lo irracional gana, pero, como advierte García Sánchez, "si uno fuera sólo racional, no haría nada". Según recuerda, algo de eso le pasó a Kodak cuando tenía montado todo un gran...

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