Maquiavelo, Marx y Gramsci. Un recorrido por su pensamiento jurídico-político

AutorJorge A. Ripani (h.)
Ripani (h.), Maquiavelo, Marx y Gramsci
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Maquiavelo, Marx y Gramsci*
Un recorrido por su pensamiento jurídico-político
Por Jorge A. Ripani (h.)
Introducción
Desde nuestra óptica, el derecho político es la rama del derecho público cuyo
objeto de estudio como asignatura consiste en reconocer, analizar y valorar la relación
entre derecho y política.
En ese entendimiento la noción de poder se torna una de sus incumbencias.
Derecho y poder son “dos caras de la misma moneda. Entre escritores políticos y
juristas, el contraste implica cuál de esta moneda sea el frente y cuál el reverso: para
los primeros el frente es el poder y el reverso el derecho, para los segundos es lo
contrario”1. El Estado es una de las formas en las que se institucionaliza el poder. Esto
se realiza mediante el ordenamiento normativo.
Reconocer, analizar y valorar la relación entre derecho y política implica además
el estudio de la historia de las teorías políticas.
Del firmamento posible de los teóricos del derecho político, hemos escogido a
tres (“Maquiavelo, Marx y Gramsci”) que desde nuestra perspectiva resultan de noto-
riedad en la actualidad a partir de la ascendencia de Antonio Gramsci. Este nos invita
y permite relacionar dos paradigmas: el maquiavelismo y el marxismo. A tal efecto el
pensamiento de Gramsci es visto como la superación de la concepción instrumenta-
lista del Estado elaborada por Carlos Marx y la recuperación del valor de la actividad
política para el materialismo dialéctico, producida por un diálogo con Nicolás Maquia-
velo. El último por su parte, es considerado el padre de la ciencia política moderna.
Dentro de ella, uno de los aspectos en los que mayor energía coloca es en materia de
adquisición, pérdida, conservación e incremento del poder.
“Nuestro país fue el primero en el que la obra de Gramsci se difunde, mucho
antes que en Europa, y tiene una influencia importante en la formación política de
varias generaciones sobre todo en el ámbito universitario. La primera difusión latinoa-
mericana de Gramsci comienza con Héctor Pablo Agosti (1911-1984) miembro del
Partido Comunista argentino, quien edita las cartas del italiano en 1950 y los Cuader-
nos de la cárcel entre 1958 y 1962, mucho antes que en el resto del mundo. Agosti es
el padrino intelectual de Juan Carlos Portantiero, a través de él se relaciona José Aricó
con aquel. Ambos jóvenes denuestan el stalinismo y dentro del Partido Comunista
argentino nace la publicación ‘Cuadernos del Pasado y Presente’… Otra de las
* Bibliografía recomendada.
1 BOBBIO, El poder y el derecho, en BOBBIO - BOVERO, “Orígenes y fundamentos del poder polí-
tico”, p. 21.
Ripani (h.), Maquiavelo, Marx y Gramsci
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publicaciones que edita obras de Gramsci en los 60 es ‘La Rosa Blindada’ a cargo de
José Luis Mangieri”2.
Gramsci influye hoy en el progresismo argentino y latinoamericano. Entra a la
Unión Cívica Radical de la mano del alfonsinismo. Juan Carlos Portantiero es asesor
de la presidencia de Raúl Alfonsín. Al Partido Justicialista lo hace por intermedio de
parte del kirchnerismo. Mario Della Rocca escribe Gramsci en la Argentina: los desa-
fíos del kirchnerismo (2013) con prólogo de Eduardo Jozami, intelectual del grupo
Carta Abierta vinculado al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. El diario Pá-
gina 12 publica sus libros a través de la sección Radar Libros3 y pone en promoción
su Antología con la compra del periódico. Ernesto Laclau es invitado por el Canal En-
cuentro a realizar el ciclo “Diálogos con Laclau”4. Dispara que “a través del peronismo
llegué a comprender a Gramsci –y que Paris es su– patria espiritual5.
Ricardo Forster es nombrado en 2014 a cargo de la Secretaría de Coordinación
Estratégica para el Pensamiento Nacional. Declara: “Pesimismo de la inteligencia, op-
timismo de la voluntad, decía (Antonio) Gramsci. Nada es más peligroso que hacer
del pesimismo un camino irreversible hacia el nihilismo. El pesimismo es una fuerza
crítica, mi formación viene de (Theodor) Adorno”6. Incluso María Graciela Rodríguez
se llega a preguntar en un artículo si “¿En Cambiemos leen a Gramsci?7. Además el
italiano ingresa en América Latina a través del comunismo cubano y el presidente de
Venezuela Nicolás Maduro visita su tumba en 2013.
Atendiendo esta moda intelectual de parte del país y la región, nuestro trabajo
tiene por objeto relacionar la teoría de Maquiavelo, Marx y Gramsci, investigando sus
semejanzas y diferencias.
Es por ello que en los capítulos siguientes estudiamos los aspectos fundamen-
tales del pensamiento de cada autor en lo relativo a la asignatura derecho político.
Para ello sintetizamos sus obras y nociones fundamentales. Asimismo, indagamos
reflexiones de juristas y politólogos que tratan estas cuestiones, vinculándolos entre
sí.
Una vez condensada la teoría de los tres, en las conclusiones nos ocupamos de
situarlos respecto a nociones medulares como ser y deber ser, orden jurídico-político,
valor de la política, tendencias sociales, conocimiento religioso, valor de la historia y
trascendencia que cada uno de ellos ocupa en la historia del derecho político.
2 DELANNOY - MACK - ROSSI, De Platón a Schmitt, p. 365 y 367.
3 BOGADO, Nuestro Gramsci, www.pagina12.com.ar/26506-nuestro-gramsci.
4 LACLAU, Diálogos con Laclau, http://encuentro.gob.ar/programas/serie/8254#top-video.
5 LACLAU, Ernesto Laclau: A través del peronismo llegué a comprender a Gramsci, https://el-
pais.com/diario/1983/09/06/cultura/431647210_850215.html.
6 FORSTER, Tenemos que reformular muchísimas cuestiones, www.pagina12.com.ar/4105-tene-
mos-que-reformular-muchisimas-cuestiones.
7 RODRÍGUEZ, ¿En Cambiemos leen a Gramsci?, www.pagina12.com.ar/74463-en-cambiemos-
leen-a-gramsci.
Ripani (h.), Maquiavelo, Marx y Gramsci
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CAPÍTULO I
PENSAMIENTO DE NICOLÁS MAQUIAVELO
1. ESTADO
Maquiavelo es considerado el precursor de la idea de Estado moderno, diferen-
ciándolo de la Iglesia. Escribe que el Estado es “una autoridad soberana sobre los
hombres”8. Y que “todos los Estados, todos los dominios que han tenido y tienen im-
perio sobre los hombres, han sido y son repúblicas o principados”9.
De acuerdo a lo señalado por Tomás Várnagy “en la Edad Media no existía el
concepto de Estado en el sentido moderno, pues la respublica no era otra cosa que el
orden laico opuesto al de la Iglesia; el populus, partido de los gobernados, o la corona,
los gobernantes, no abarcaban todo el cuerpo político; regnum rescataba regímenes
que no eran reinos y, en los dos últimos siglos de la Edad Media, retorna el término
respublica pero no tenía el sentido preciso de Estado.
Hacia el siglo XV, status o stato tenía únicamente el sentido de poder de mando
sobre los hombres, gobierno y régimen. A finales de ese siglo y principios del XVI se
impone el valor actual de ‘Estado’ como cuerpo político sometido a un gobierno y leyes
comunes. El primer sustantivo que aparece en El príncipe es, justamente, ‘Estado’ y
fue Maquiavelo, profeta del moderno Estado nacional, quien le dio a esta palabra el
sentido moderno, o sea, un poder central soberano e independiente al cual se subor-
dinan todos los principios de autoridad medievales, incluso el religioso; se trata de un
legislador que decide con autoridad en los asuntos interiores y exteriores, esto es, un
orden político autónomo que no admite nada superior a él y que tiene al poder como
atributo distintivo”10.
En la misma línea, George Sabine señala que es el primero en hablar de Estado
como “cuerpo político soberano entre los habitantes de un territorio determinado y
para manejar relaciones con otros Estados”11.
Según Roberto Natale “la palabra Estado proviene del latín ‘status’, pero recién
es divulgada por Maquiavelo cuando dice que ‘todas las denominaciones que tienen
autoridad sobre los hombres son los Estados que pueden ser repúblicas o principa-
dos’. Desde ese momento la voz se generaliza, en mérito a su valor comprensivo de
todas las realidades políticas (‘pueden ser repúblicas o principados’) y el stato del
florentino es recogido en alemán: staat; ingles: state; francés: etat12.
8 MAQUIAVELO, El príncipe, p. 23.
9 MAQUIAVELO, El príncipe, p. 25.
10 VÁRNAGY, Introducción, en VÁRNAGY (comp.), “Fortuna y virtud en la República Democrática.
Ensayos sobre Maquiavelo”, p. 19 y 20.
11 DELANNOY - MACK - ROSSI, De Platón a Schmitt, p. 82.
12 NATALE, Derecho y ciencia política, p. 63.

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