¿Una mano negra manipuló a Milei y a Massa?

La Argentina, se sabe, funciona como un iceberg. Lo que está por arriba de la línea de flotación es apenas una parte menor del todo. ¿Será un 11 por ciento, como en los témpanos reales? Al estar sumergida, la porción mayor escapa a la vista.

No es casual que el verbo visibilizar haya obtenido un lugar estelar en la política cotidiana. Muchas protestas sociales, por ejemplo, cuando afectan derechos de terceros ajenos al conflicto se amparan en la meta suprema de procurarse "visibilidad". Pareciera que se conjuga mucho más seguido el verbo visibilizar que el verbo solucionar.

¿Pero quién "invisibiliza" tanta realidad? ¿Quién maneja el reparto temático? Según el kirchnerismo, "los medios" . Sí, es una asignación de culpas algo genérica, porque el kirchnerismo, autor de la falacia del periodismo militante, también tiene radios, diarios, canales y portales de Internet pero cuando objeta a "los medios" se olvida de eximir a los propios, de protegerlos de la diatriba automatizada. A lo sumo adjudica la malicia a "los medios hegemónicos", taxonomía que jamás se detiene en el detalle de las motivaciones que habrán de tener las audiencias (¿será que las obligan?) para privilegiar unos medios y desoír a otros.

Como sea, debe admitirse que prendió en una parte de la sociedad la idea evanescente de que, en nombre de intereses ocultos, un robusto sujeto llamado "los medios" regula perversamente la agenda pública, esconde lo que quiere esconder y ventila o agita aquello que al poder le conviene agitar. Pero resulta que esa idea está siendo desmentida de manera rotunda en este tramo culminante del proceso electoral, una especie de laboratorio social.

Apenas dos argentinos, Sergio Massa y Javier Milei, tuvieron el domingo el privilegio exclusivo de definir qué cosas son importantes en la Argentina y cuáles merecen quedar fuera de la vista. No era la suya una reunión de editores sino el duelo de dos candidatos a presidente finalistas, se supone que antagónicos, por lo que no les tocaba inventariar los problemas maestros… ¡Debían explicar cómo los solucionarían! ¿Acaso lo hicieron?

Ninguna razón hay para pensar que Massa y Milei se confabularon con el propósito de rebajar la jerarquía del acontecimiento, pero, interesado uno en demostrar que el otro es un desequilibrado y el sospechado en probar que está en condiciones de autocontrolarse, prefirieron dedicar la mayor parte del tiempo a descalificarse, aun en los momentos en apariencia dedicados a desentrañar...

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