La mano de Dios y el bolsillo del mercado

Manzur invocó a Dios durante el anuncio del plan de jubilaciones anticipadas

" Ojalá que Dios nos ayude y nos dé una manito, porque esta vuelta nos hace falta para seguir saldando todas las deudas que la Argentina tiene". La imploración no fue dicha en una iglesia, sino en la propia Casa de Gobierno y la hizo el flamante jefe de Gabinete, Juan Manzur . El mercado financiero, una vez más, respondió con el bolsillo : tal como viene sucediendo desde antes, pero sobre todo desde las PASO, ayer las cotizaciones del dólar alcanzaron nuevos máximos.

Las razones están a la vista de todos, aunque a veces parezca que en el Gobierno no se convenzan. La más directa: el Banco Central volvió a vender dólares de sus tenencias (esta vez fueron US$62 millones) y casi completó septiembre desprendiéndose de unos US$750 millones. El stock de reservas netas (su "poder de fuego", que no contempla los encajes de los bancos en divisas, el swap chino, los DEG del Fondo Monetario y las divisas del Banco de Basilea) se ubica hoy en unos US$5300 millones. Algunos analistas descuentan de esa cifra la tenencia de oro. El debate es qué tan negociable es el metal a la hora de intervenir en el mercado. Sin el oro, las reservas "líquidas" se reducen a cerca de US$2000 millones. En cualquier caso, "son la mitad de las que tenía el Central cuando asumió Alberto Fernández" , apunta el economista y consultor Luis Secco .

"El Central está liquidando a un promedio de 16 millones por día. A este ritmo, para la elección de noviembre llegarían a cero" , calcula Gabriel Rubinstein , de GRA Consultora y exgerente General del BCRA.

En la perspectiva de los operadores aparecen dos posibilidades para después de la elección, sin contar que cerrar aun más las importaciones sería contraproducente para el nivel de actividad: una devaluación mucho más fuerte que el 1% mensual promedio que viene aplicando el Central (y que atrasa el tipo de cambio frente a la inflación un poco todos los meses) o un acuerdo con el Fondo Monetario , que traiga algo de confianza, porque permitiría postergar los vencimientos que esperan en diciembre y, sobre todo, en 2022.

La devaluación por sí sola no le sirve a nadie si no se da en el contexto de un plan más profundo, algo que, hasta ahora al menos, no parece interesarle al Gobierno. Sin esa condición, el efecto inmediato de una devaluación sería el traslado a precios, con lo cual la inflación, ya bastante alimentada por la emisión monetaria descontrolada del...

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