Cómo manejar el ego: un dilema narcisista que afecta a los políticos a la hora de ejercer el poder

A Cristina Kirchner no le gusta que le pidan que ponga un límite a su ego. "No sé si sabrás que estudié un año de psicología antes de ser abogada. Según Freud [Sigmund], ego tenemos todos. Quería tranquilizarte, no sea que pienses que la única que tiene ego en la Argentina es la Presidenta", le contestó en 2013 a una usuaria de Facebook que le había reclamado más humildad. Unos meses antes, durante un discurso en la Casa Rosada, se había comparado con Dios al decir que había que tenerle miedo a él y "un poquito" a ella también, lo que le valió una ola de críticas de la oposición. "Patología", definió al comentario Margarita Stolbizer. "Vergüenza", dijo entonces el hoy oculto Francisco De Narváez.

A principios de año, el camporista Andrés "Cuervo" Larroque calificó a Sergio Massa como "ego-peronista" por no formar parte de un peronismo unificado. Tiempo después, el presidente Mauricio Macri dijo que "si todos moderaran sus egos, la política sería mucho mejor".

La palabra "ego" para cuestionar un exceso de narcisismo es muy recurrente en el mundo político y está visto que es útil como chicana, pero el concepto va más allá. Tanto que hasta los especialistas en psicoterapia llegaron a preguntarse qué importancia tiene Narciso -aquél hombre enamorado de sí mismo- en la psiquis de los políticos y qué pasa si esa autovaloración en los funcionarios alcanza niveles muy altos.

"El narcisismo es como el pan. No hay nada más sano y bueno que el pan, pero si te comés ocho kilos te cagás muriendo", respondió, directo, en diálogo con LA NACION el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández. Más o menos en el mismo sentido, pero con más diplomacia, el doctor en psicología y profesor de psicoterapia de la UBA Eduardo Keegan señaló que es normal que los políticos tengan un nivel de narcisismo mayor que la media, aunque el exceso puede repercutir en la manera de gobernar.

"Cuando una persona tiene tareas de liderazgo, algún nivel de valoración alta debe tener. Si se aspira a una posición de ese tipo debe creer que tiene determinadas capacidades, sino difícilmente lo haría. No vas a encontrar narcisismo alto en profesiones más discretas", sostuvo.

Pero lo normal se convierte en un problema cuando el narcisismo se dispara, un fenómeno usual en un tipo de política "caudillesca" como la Argentina, donde se suele enaltecer a los líderes. "Las personas más narcisistas creen que son especiales, que tienen múltiples talentos, que la necesidad de otros no importa. En la...

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