Una 'mamushka' en Olivos

Quizás sea su estilo. Traje, camisa blanca, corbata monocromática y saco siempre abierto. Y se podría discutir por qué nadie del área de protocolo se anima a decirle al Presidente que para estar de pie debe tener el saco abrochado. Se podría inferir que opta por el saco abierto para disimular cierto exceso de contorno abdominal, aunque me inclino a pensar que es por una razón más imaginaria que estética: ¿cuántos Alberto Fernández caben en Alberto Fernández? ¿En un solo traje y con el saco cerrado correctamente podría entrar?

Su contradicción discursiva es permanente y quizás lo más preocupante del asunto es que se vincula con temas institucionalmente delicados. Si ayer hubiera dicho que ama el postre vigilante de queso y dulce de membrillo y mañana afirmara que prefiere la versión con dulce de batata, la cuestión no pasaría de una anécdota gastronómica. Un goloso que no puede contenerse. Pero cuando se trata de ser la cabeza gobernante, dar barquinazos en temas como la seguridad jurídica mueve a pensar que el Presidente es una especie de "mamushka" (una figura hueca de madera liviana de la iconografía rusa que en su interior alberga otras tantas exactas de menores tamaños).

La "mamushka" que se veía en 2013 estaba enfrentada a su actual socia política por sus cuestionamientos judiciales y defendía a la Corte. Un tuit de Alberto...

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