Malvinas: ¿y si probamos con el ping-pong?

Una de las calles principales de Puerto Argentino (Stanley para los británicos), el 2 de abril de 2022

Las Islas Malvinas se acercan cada día un paso más a su declaración de independencia. Ganas no les faltan a los isleños. Si no lo han hecho ya es porque consideran que necesitan la protección de Londres , que les provee otros beneficios. Pero, ¿qué ha hecho la Argentina mientras tanto?

La guerra fue un error. Retrotrajo a la Argentina varios casilleros en los esfuerzos por recuperar el control definitivo de las islas. Nos retrotrajo cuando estábamos cerca, muy cerca. Pero desde 1982 resulta muy difícil, si no imposible, que ocurra. Resultará arduo lograr que los británicos entreguen tierras donde derramaron su sangre.

La guerra , además, les dio una épica a los isleños, que hasta entonces se preguntaban quiénes eran, cuál era su camino y cuál era su lugar en el mundo. Pero 1982 les ofreció la épica de la liberación del opresor.

Esa épica sigue hasta hoy. Hablan de "Falklander, primero; británico, después" . Y en momentos en que los inmigrantes representan cerca de la mitad de los residentes en las islas -divididos en partes iguales entre británicos y otras 60 naciones-, los isleños se definen aunque más no sea por la negativa, por lo que no quieren ser. Se reflejan en Ucrania frente a la Rusia invasora.

En ese contexto, ¿qué podemos hacer? ¿Endurecemos la retórica de alto consumo interno, pero que no nos acercó un centímetro a las islas durante veinte años? ¿Acaso los discursos del 2 de abril aportaron una solución o al menos una idea? ¿Redoblamos la apuesta? ¿Buscamos aplicar nuevas sanciones o procuramos reforzar el aislamiento de las islas y la presión internacional, empezando por el del Mercosur y países asociados? Hasta ahora no arrojó grandes resultados. No los afecta como "país" (y sepamos que sus habitantes así se refieren al territorio).

La base británica de Mount Pleasant, en Malvinas

Pese a todos los esfuerzos argentinos, el producto bruto interno (PBI) de las islas creció de manera constante y sustancial durante las últimas décadas, su ingreso per cápita promedio es de los más altos del mundo, tienen sus cuentas en orden, no tienen inflación, se ilusionan con ser una puerta de entrada clave hacia la Antártida y si tienen un problema es que no pueden crecer tanto como podrían porque les falta mano de obra.

Acaso sea el momento de intentar la "diplomacia del ping-pong".

En 1971, nueve jugadores estadounidenses de tenis de mesa...

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