Maltrato animal: el oscuro mundo de las riñas de gallos, un 'entretenimiento' clandestino en plena vigencia

Un gallo en un ring de entrenamiento en el conurbano bonaerense

A mediados de enero, una noticia sorprendió a los veraneantes de Mar del Plata. Una riña de gallos fue desbaratada en plena ciudad , ante el asombro de quienes creían que las riñas eran cosa del pasado o que se sucedían en pocas provincias de la Argentina.

Sin embargo, aún hoy las riñas de gallo tienen lugar en todo el conurbano bonaerense y en jurisdicciones como Tucumán, Santiago del Estero, San Luis, Catamarca, Córdoba, Corrientes, Misiones, Entre Ríos, y la lista sigue.

Un gallero de la provincia de Buenos Aires sostiene a uno de sus ejemplares para pelea

Hace un tiempo, el mundo de las riñas estuvo en boca de muchos a través de la serie de televisión Un gallo para Esculapio , dirigida por Bruno Stagnaro y protagonizada por Luis Brandoni, cuya trama sucedía alrededor de estas peleas clandestinas en el conurbano bonaerense. En la exitosa miniserie, el "gallero" -aquel que cría gallos para riña- interpretado por Brandoni era, a su vez, jefe de una banda de piratas del asfalto. En ella, la violencia y el delito se mostraban directamente asociados con ese ambiente, verazmente retratado.

Muchas escenas transcurrían en lugares ocultos, que hoy siguen allí, sin que ningún mecanismo para combatir las peleas de gallos se haya activado. Estas actividades, al igual que sucedía con las carreras de galgos y aún sucede con las cuadreras, son clandestinas, ya que en la Argentina están prohibidas expresamente por la ley N°14.346, al considerarse actos de crueldad contra los animales: "Realizar actos públicos o privados de riñas de animales, corridas de toros, novilladas y parodias, en que se mate, hiera u hostilice a los animales" (artículo 3, inciso 8). No obstante, existen muchas trampas ingeniosas para lograr permisos en cada provincia.

En un predio de Santiago del Estero, los gallos esperan en jaulas en la pared su turno para pelear

El procedimiento no es demasiado distinto al del las carreras de galgos y la organización, tampoco, amén de todos los estimulantes (algunos ilegales) para que el gallo pelee mejor, muy similares. Los animales son transportados en cajas o bolsas (los de galleros de menor poder adquisitivo o más improvisados) y pelean en pistas, similares a pequeños rings de box . Todo bastante fácil de ocultar debido al tamaño de los ejemplares.

La apuesta es fuerte: antes de la pelea, los nombres de los gallos se anotan en un pizarrón y se hacen las apuestas. A medida que...

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