Magnífico instinto: ese atributo animal que nos ilumina y nos abraza, nos guía y nos inspira

Es el instinto uno de nuestros rasgos más complejos y empíricos. A veces olvidado, pero siempre presente, nos acompaña desde que nacemos hasta el último suspiro. Nos ilumina en el peligro, nos abraza en el amor, nos inspira para los romances del trabajo y nos guía en aquellos interminables silencios de duda. Es un atributo animal que en la talla de nuestro crecimiento suma razón, va afinando su esencia hasta convertirse en un gran aliado.

También en mis fuegos y carbones está presente, cuando hago la ronda entre mis delicias con mis cocineros, que en audacias giran, atan, queman, glorifican nuestro hacer. En tantos años formé un instinto que con sólo mirar puedo leer lo que está por venir y proceder, así, a las correciones de distancias, aumentos de fuego o de localización según el viento. Un hacer instintivo gobernado por la repetición.

Cuando fui niño-hijo de los Andes y canté por años en el coro dirigido por Luschka, ella también tenía el más agraciado instinto para llevarnos por los pentagramas, corcheas y fusas, con la luz de sus ojos y con el intangible movimiento de sus manos. Nosotros respondíamos a cada gesto de su requerimiento dando el pianissimo o el forte en la interpretación musical. Una profunda intimidad de gestos e instintos que se agolpaban en nuestro corazón con la fidelidad de la admiración.

¿Qué es la belleza humana? Es una mezcla de tantos atributos entre los que se destaca el encanto. El encanto humano está formado no sólo por la mera magnificencia corporal, sino también por los rasgos intelectuales y el lenguaje corporal. Un embrujo, una magia. La forma de caminar, el movimiento de las manos, el mirar y el reír van formando quienes verdaderamente somos. Estos trazos son los atributos personales que más cautivan. Reírse con alguien tiene un atracción subliminal: " Tienes, sin vergüenza alguna, derecho a todo con quien te hace reír".

No podemos dejar de mencionar el encanto fingido, aquel que sale de una pose por agradar. Posiblemente ese encanto ficticio se alimente del hambre de los instintos no acatados.

La belleza también es afectada por los rasgos del instinto. Ella presume de lo estético, pero al final...

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