La magia de Tony Allen, creador del afrobeat y el 'mejor' baterista del mundo

GrabacionesNuestra opinión: muy buenoUna de las claves del afrobeat es el ritmo. Y el dueño del ritmo del afrobeat fue, es y será Tony Allen, el músico de Lagos fallecido hace apenas unos días que Brian Eno consideraba el mejor baterista del mundo. Artífice de la experimentación con los polirritmos de raíz africana que Talking Heads probaría con lucidez y refinamiento en Remain in Light (1980), Eno profundizó esa búsqueda sonora un año más tarde, con David Byrne como único socio, en My Life in the Busch of Ghosts. Es decir, sabía de lo que hablaba. Igual de categórico fue Fela Kuti, el nigeriano que es considerado con justicia el emperador del género y que directamente declaró "sin Tony Allen no habría afrobeat".Cóctel inflamable de jazz, funk y diferentes ritmos africanos (el highlife de Ghana -influido a su vez por el foxtrot y el calypso en la época colonial-, el mbalax de Senegal), el afrobeat fue incorporado por el hip hop y deslumbró a músicos europeos como Damon Albarn (Blur) y Peter Gabriel. En contacto permanente con la música africana que sonaba con frecuencia en la zona del multirracial mercado de Portobello en Londres, Albarn apareció como invitado en "Every Season", el primer track de Home Cooking, un muy buen disco de Allen del 2002, y después lo convocó para sumarse al supergrupo The Good, the Bad and the Queen (con Paul Simonon, de The Clash, y Simon Tong, de The Verve) y a Rocket Juice & the Moon, un proyecto fugaz con Flea, bajista de Red Hot Chili Peppers.En plena actividad, Allen había publicado este año Rejoice, un álbum que engrosa su legado y termina transformando en inesperada carta de despedida a un repertorio que originalmente se había pensado como evocación vital del encuentro con el trompetista sudafricano Hugh Masekela, compañero de ruta en las aventuras musicales comandadas por Fela Kuti fallecido en 2018. Allen y Masekela planearon durante mucho tiempo la reunión y la plasmaron en 2010 gracias a Nick Gold, el director del sello World Circuit, que dio en el blanco con la edición de Buena Vista Social Club allá por 1997. Grabaron algunas sesiones, pero el trabajo quedó inconcluso y finalmente apareció en retazos, primero en un disco póstumo de Masekela y ahora en Rejoice, donde la dupla se propuso fusionar estilos personales para llegar a un resultado común que combina swing-jazz con la potente raíz rítmica del afrobeat. Basta con escuchar lo que toca Allen en temas de este álbum como "Jabulani (Rejoice, Here...

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