Maduro, siniestro enemigo de la Amazonia

El Nacional, Venezuela GDA

CARACAS

Nos equivocaríamos si aceptáramos el discurso que sostiene que la problemática de la Amazonia -su destrucción- es un asunto que interesa estrictamente a los nueve países que comparten la región amazónica, y que lo que está en situación de riesgo creciente se limita a lo medioambiental y a la supervivencia de numerosas especies. Lo dicho hasta aquí, por sí mismo, es gravísimo, pero no da cuenta del conjunto de los peligros.

Por ello, me apresuro a decir que las amenazas son mucho peores. Y que ellas se proyectan sobre la estabilidad y futuro inmediato del planeta. Entre otras razones, porque en el caso de Venezuela -uno de los 9 países con jurisdicción sobre el territorio amazónico-, lo que está ocurriendo es un programa sistemático de extracción brutal de las riquezas minerales de la zona, resultado concretísimo y evidente, de la alianza entre el régimen de Maduro, Cabello, El Aissami y Padrino López, con la narcoguerrilla del ELN y con otros grupos de la delincuencia organizada.

La operación minera en curso, en la región sur de Venezuela, debe ser una de las más feroces del planeta. Comienza con el destierro, la expulsión de comunidades indígenas de sus territorios y de los lugares en los que han vivido desde siempre. Pasa por el asesinato de los dirigentes sociales y comunitarios que se les resisten u oponen. Incluye el establecimiento de condiciones de vida, bajo el yugo de criminales que amenazan, golpean, violan y abusan de los indefensos habitantes de la región. E incorpora, como parte del paisaje corriente, el tráfico y consumo de drogas, la venta de alcohol procesado sin control alguno, la prostitución de menores de edad, el acoso sexual sin disimulos, y muchas otras prácticas de coerción y control social. Son más de un centenar de pequeños poblados y pueblos los que, ahora mismo, están bajo una situación de extremo sometimiento, sin acceso a ninguno de sus derechos, toda vez que este estado de cosas ocurre con la solidaridad, apoyo, protección o complicidad de unidades militares con los delincuentes.

Que el gobierno de uno de los países amazónicos mantenga un acuerdo que tiene implicaciones en el mundo del narcotráfico, el lavado de dinero, la exportación ilegal de minerales estratégicos a países enemigos de la democracia, el tráfico de personas y otros, no es ni podría ser un problema de nueve países, sino que es asunto que concierne a América Latina, Estados Unidos y Europa, regiones...

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