El macrismo se debate entre lo deseable y lo posible

Un dilema atraviesa el relanzamiento de la campaña de Cambiemos. El conflicto está atravesado por lo deseable y lo posible. Idealistas y realistas conviven allí sin poder imponer ninguno ni sus convicciones ni sus conveniencias, tratando de disimular la dicotomía.Lo deseable pone el foco, la energía y el despliegue en revertir, aunque sea parcialmente, los resultados de las PASO para intentar que Mauricio Macri pueda acceder a una segunda vuelta. Es el territorio que habitan con convicción el propio Presidente, Marcos Peña y un reducido grupo de ministros, funcionarios y dirigentes cuya fe se parece al fanatismo (o a la desesperación). Creen aún que la ciudad de la utopía es algo más que una idea de Tomás Moro. La respuesta de los votantes duros propios los sostiene.Sus mensajes, a diferencia, de los que animaron a este grupo en los últimos tiempos, se centran en reforzar los logros que puedan rescatar de la gestión macrista, la defensa de los valores republicanos y en pedir más tiempo para hacer lo que no se hizo, que es una forma de pedir disculpas por lo no hecho o por lo hecho decididamente mal. El objetivo es resignificar la figura de Macri, a lo que el Presidente le pone el cuerpo para tratar de encarnar ese propósito con una energía que no tenía en las dos semanas posteriores a las PASO.En algún punto agradecen, pero no agitan en exceso la sucesión de fallos de la Justicia a partir de las PASO en favor de kirchneristas procesados por delitos de corrupción. Por necesidad y conveniencia, las críticas al kirchnerismo pasaron a un segundo plano. Es una forma de admitir la precariedad de la estabilidad alcanzada y el riesgo que una escalada de los enfrentamientos con la oposición puede entrañar para la pax cambiaria y los depósitos bancarios, imprescindibles para llegar al 27 de octubre en pie.También implica reconocer tácitamente que fracasó la estrategia de la polarización extrema que los llevó a terminar haciendo solo anticristinismo, para que el espanto les sumara los votos que los resultados objetivos de la gestión económica les restaban. Se trató de un fracaso por errores propios y por la reunión del peronismo, a la que, además, en mucho contribuyeron el trío integrado por Macri, Peña y Durán Barba. Ellos bloquearon sin fisuras todas las propuestas que les llegaron desde dentro del macrismo y desde el afuera peronista para darles una vía de escape a Sergio Massa y a los intendentes bonaerenses: estaban destinadas a sostener el dique...

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