Macri, Scioli y el temor del 'círculo rojo'

Daniel Scioli venía bañado por una epifanía electoral inverosímil. Las encuestas mejoraban sus números y Cristina Kirchner había dejado de operar en su contra. Pero Cristina es Cristina. Aquella tregua se convirtió en un desierto duro e implacable cuando lo mandó a Florencio Randazzo a atacar a un político que prefiere el silencio a la réplica. Ella misma rodeó a Randazzo. La Presidenta hace lo que mejor sabe hacer: golpear a alguien que no puede (o no quiere) responderle.

Aunque el único alivio para Scioli es que golpes tan bajos terminan convirtiéndolo en víctima, que es el lugar que más provecho le ha dado, esta vez podría ser distinto. La sociedad se apresta a elegir un presidente y en algún momento evaluará también su carácter.

Esa imposibilidad política o personal de Scioli (¿quién lo sabe?) para rebatir, tomar distancia o enfrentar es lo que a veces pone en funcionamiento al "círculo rojo" que menciona Mauricio Macri. Ese círculo abarca desde fuertes empresarios hasta algunos jueces, pasando por ciertos intelectuales. No le desconfían a la persona de Scioli, pero sí temen que una victoria de él termine siendo la continuidad perfecta del cristinismo. Otras formas, el mismo régimen político y económico. Scioli alimenta esos resquemores.

En los últimos días, lo escucharon elogiar en la intimidad al ministro de Economía, Axel Kicillof, de quien ponderó, sobre todo, su experiencia. No le estaba hablando al oído presidencial; era una conversación con dos políticos amigos, íntima y reservada. Tal vez sólo estaba endulzando un trago amargo.

Es probable que haya escuchado que Cristina no le pedirá la vicepresidencia para Kicillof, pero podría imponerle la continuidad de su ministro de Economía. Scioli no está dispuesto a decirle que no. Frente a ese eventual presidente, el "círculo rojo" confiesa que no podría vivir cuatro años más en las condiciones actuales. Demasiado estrés, demasiada confrontación. Mucho menos los empresarios, que dependen en gran medida de las arbitrarias y soberbias decisiones de Kicillof.

Cristina está muy lejos del "círculo rojo". Quizá por eso cree que puede darse el lujo electoral de erosionar la candidatura de su mejor candidato. No fue sólo Randazzo; también se hizo presente la televisión pública, que es la televisión de Cristina, con fuertes críticas a la esposa de Scioli, Karina Rabolini. El incombustible optimismo del sciolismo había interpretado que las alusiones de Cristina a las "pantomimas" de los...

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