Macri, en el intrincado camino a Roma

no da abasto con las visitas. Mientras subía al avión que lo llevaría a Roma para visitar a , Susana Malcorra se encargaba de despedir a François Hollande. Y ya está en Buenos Aires la primera avanzada de funcionarios norteamericanos que preparan la visita de . Mañana, Macri almorzará con el premier Matteo Renzi, con quien se divierte hablando en italiano, y comerá con el presidente Sergio Mattarella.

Más allá de desencuentros y malentendidos, la peregrinación al Vaticano tiene para Macri un objetivo principal: explicar que su gestión estará modelada por tres criterios que sintonizan con el Papa: pobreza cero, combate contra el narcotráfico y unidad de los argentinos.

El propósito de Macri es muy razonable. Por distintas vías, le han hecho saber que su ascenso inspiró en Jorge Bergoglio un recelo: que carezca de sensibilidad frente a los más necesitados. El marketing de Pro fue diseñado para neutralizar esa presunción generalizada. Mañana se pondrá a prueba con un target especial: el jefe de la Iglesia.

Macri repetirá ante el Papa el argumento que ya expuso ante la conducción del episcopado local: la idea del Gobierno es generar empleo, para lo cual hay que atraer inversiones; pero mientras ese proceso se verifica, se mantendrán los programas sociales vigentes. El Presidente también se mostrará alineado con Francisco en su política exterior. Le ofrecería ayuda humanitaria para los sirios refugiados en Jordania y hará un informe sobre un plan agrícola destinado a las FARC, para acelerar el acuerdo de paz en Colombia.

Quienes prepararon la reunión confían en que la cuestión social no desembocará en un reclamo por el encarcelamiento de Milagro Sala. Existieron, hasta última hora, gestiones para que la dirigente jujeña obtenga la prisión domiciliaria antes de que Macri cruce la Plaza San Pedro. Sin embargo, uno de los funcionarios que lo intentaron dijo: "Es difícil que el tema aparezca. Además, cuando monseñor (Jorge) Lozano lo planteó, no nos pidió que la liberaran, sino que hubiera diálogo".

La polémica que se desató por el rosario que Francisco envió a Sala también quedó acotada. En la Casa Rosada interpretan que el intermediario, Jorge Palmeyro, quien con José María del Corral lidera la red Scholas Ocurrentes y está muy vinculado con organizaciones como Tupac Amaru, puede haber exagerado el sentido del regalo. "A Francisco le pidieron una carta y no la escribió; eso hubiera sido distinto", explican allí.

De cualquier manera, quienes se...

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