El luthier que llevó su carisma al cine y la TV

En Les Luthiers se cumple a la perfección aquello de "todos para uno y uno para todos". Pero el axioma de Dumas, aplicado a un grupo que este año celebra medio siglo ininterrumpido de fecunda creatividad musical y humorística, se completa en este caso con una precisa y exacta división del trabajo. A Mundstock, locutor de raza y de profesión, le tocaba lucir su voz en las presentaciones; a López Puccio y Maronna le correspondían los momentos de mayor lucimiento en los aspectos musicales y vocales, y a Núñez Cortés, esa suerte de síntesis entre el humor y la musicalidad que lo convertían en el luthier más parecido a Chico Marx.

En ese reparto, Rabinovich tuvo el lugar del actor. Le sobraron momentos para exhibir su enorme talento musical, pero en las felices rutinas de Les Luthiers era él quien manejaba los silencios, las réplicas y los remates de todas las situaciones chispeantes, que son innumerables. Muchas de ellas eran dichas sin la mínima expresión en el rostro, lo cual lo hacía al mismo tiempo cómico y dramático, cumpliendo a la perfección con aquella máxima que define a la comedia como tragedia más tiempo.

Seguramente por eso, de todos los Luthiers Rabinovich fue el único convocado con cierta frecuencia para desempeñar en el cine papeles ajenos a la historia y a la identidad del conjunto de instrumentos informales. Así se produjo su debut en la pantalla grande: fue en 1983, con una aparición en Espérame mucho, de Juan José Jusid. En ese film que recuerda desde la mirada de un chico la década de 1950 y los tiempos del primer peronismo, Rabinovich se animaba a cantar algunas estrofas del tango "Volver".

Volvió al cine mucho después, en 2007, como el terapeuta Simón en ¿Quién dice que es fácil?, su primer trabajo para el director Juan Taratuto. Después llegó Mi primera boda (2011), de Ariel Winograd , "Rabinovich, genio en serio", escribió el realizador desde su cuenta de Twitter al conocer ayer la noticia de su fallecimiento.

En esa comedia, la participación de Rabinovich es poco menos que un juguetón tributo cinematográfico a Les Luthiers, ya que en casi todas sus escenas aparece junto con Mundstock. El dúo interpreta a un par de religiosos encargados de cumplir con el ritual de casamiento mixto de la pareja interpretada por Natalia Oreiro y Daniel Hendler. A Rabinovich le tocó en suerte el rabino Mendl y a Mundstock, el papel de un sacerdote.

A principios de este año vimos la última aparición de Rabinovich en el cine también con visos...

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