Luis Majul: '¿Nos quieren hacer callar?'

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner deja su departamento.

Habrá que repetirlo hasta el cansancio, como si fuera un rezo laico, aunque a mucha gente no le guste. O los datos completos no les cierren.

Primero los hechos, después las opiniones y finalmente un aviso: aunque nos amanecen con nombre y apellido, nunca nos vamos a callar.

Los hechos:

Un hombre solo le disparó a la vicepresidente, la gatilló dos veces, pero la bala no salió, y el Cristina resultó ilesa.

Fue ayer, a las 21:10, y ni ella misma, ni su custodia, se dieron cuenta hasta varios minutos después.

Lo primero que se vio fue una imagen desde un costado, que aportó la televisión pública y rápidamente fue viralizada.

Lo segundo fue otra imagen, donde se pudo ver a Cristina Kirchner, casi de frente, y el arma, apuntándole por encima de la cabeza.

La foto detenida, de ese instante, aún estremece.

Hay otra imagen, que muestra a Cristina, todavía sin darse cuenta ni tomar conciencia, tratando de levantar un libro que se había caído.

Se puede ver gente corriendo, intentando atrapar al agresor.

El cuadro siguiente se bifurca:

Un grupo de personas, entre otros, un policía de civil, persigue y atrapa al agresor.

Casi al mismo tiempo, la vicepresidenta sigue caminando, por delante de parte de su custodia, mientras uno de ellos parece querer contarle sobre lo que acaba de suceder.

Esto es información pura, y merece las tres preguntas básicas que se debe hacer acá y en cualquier país del mundo.

¿Cómo una persona con un arma pudo acercarse tanto a la vicepresidenta y disparar?

¿Cómo ni siquiera se dieron cuenta?

¿Cómo no la protegieron ni se organizaron para una vía de escape?

Después del acuerdo entre la Nación y la Ciudad, aumentaron la custodia de la vice a 100 personas. Todas dependientes de la policía federal.

Cien personas, aparte de su custodio personal, el ex luchador de kickboxing, Diego Carbone.

Fue tan evidente la falta de profesionalismo de quienes la deben cuidar de verdad, que hasta Hebe de Bonafini exigió a las pocas horas del hecho la renuncia del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.

Sin embargo, el presidente, hoy, poco antes de las 9 de la mañana, lo sentó a su lado, junto al resto del gabinete.

Pero no nos precipitemos.

Sigamos el hilo de los hechos.

Alberto, antes de la medianoche de ayer, le habló al país, en cadena.

Sabemos que consensuó el discurso con Cristina, y recién después lo leyó.

A esa altura, los principales dirigentes del oficialismo y la...

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