El lugar del crimen: un caserío sobre la costa de Ecuador elegido por turistas

MONTAÑITA, Ecuador.- En Nueva Montañita, un caserío situado a unos dos kilómetros de Montañita, un par de policías son las únicas personas que habitan la cuadra conocida como "la del Tanque Amarillo" -por un tanque amarillo de agua-: el resto de la gente está trabajando, probablemente en las playas cercanas. Los dos policías ven pasar el día en una patrulla desde la que vigilan la casa donde vivía Alberto Segundo Mina Ponce, el acusado principal del doble homicidio que se cobró las vidas de Marina Menegazzo y María José Coni.

Frente a esta casa -una vivienda social cuyo formato de dos habitaciones, cocina y baño se repite a lo largo de Ecuador, a la que ellas llegaron de un modo todavía no del todo claro-, una larga cinta dice "Escena del crimen". Unos 500 metros en dirección hacia el mar, poco antes de la zona donde el terreno de juncos altos y embarrados deja lugar a la arena y al océano Pacífico manso y azul, hay otra escena del crimen cercada. Allí los dos cuerpos, embolsados y a la intemperie, entraron en descomposición rápidamente, el fin de semana pasado.

Nueva Montañita es un caserío humilde, con calles de lodo y dos o tres almacenes del tamaño de un quiosco pequeño que venden comida envasada, frutas y verduras. Mina Ponce, un vigilante comunal de Montañita, alquilaba su vivienda aquí como hacen muchos; algunos de ellos lo hacen por gusto: son turistas. Incluso hay varios argentinos.

Agostina Roldán y Florencia Herrero, dos amigas del barrio bonaerense de Madero, tienen la misma edad que María José Coni: 22 años. Llegaron a Nueva Montañita el domingo pasado, cuando fueron descubiertos los cuerpos. "Al principio, nadie sabía en el pueblo quién era la primera persona encontrada. Y como seguíamos pasando por ahí, sentíamos olor. Después encontraron otro cuerpo", dice Roldán.

Entre los vecinos ecuatorianos, el hallazgo de los cadáveres resonó, pero también la participación de Mina Ponce. "Era buena persona ese man; por eso nos sorprendió cuando hizo esto", dice un muchacho de 20 años llamado Luis, que trabaja en una pizzería . "Hay mucha gente que no cree que él haiga (sic) sido", dice.

El otro acusado

El segundo acusado, Eduardo Aurelio Rodríguez, a quien le dicen "el Rojo", vive en una comuna cercana, Río Chico, y recibió el jueves por la noche el apoyo de sus 400 vecinos, que hicieron un bingo en el centro social del pueblo para juntar algo de dinero por él. Su padre les contó que un primer abogado le pidió 4000 dólares por la...

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