Luces naranjas para Massa: de la rendición retórica a la claudicación fáctica

Sergio Massa

Cada expresión de respaldo político de Cristina Kirchner a Sergio Massa preanuncia una factura que el ministro de Economía estará a obligado a pagar y que condiciona tanto su gestión como su futuro político. Más que un respaldo, las palabras de la vicepresidenta se parecen a un collar de ahorque .

Así, en el tablero de control del Palacio de Hacienda algunas luces empiezan a pasar del amarillo al naranja. Y tienden a oscurecerse. Al menos un par de funcionarios del ministerio hicieron sonar alertas en los últimos días y se lo advirtieron a Massa de manera reservada, reforzando lo que había dicho de forma más cuidadosa en el Senado el viceministro Gabriel Rubinstein en su defensa del proyecto de Presupuesto.

El ajuste silencioso que el ministro venía haciendo desde su llegada, mientras concedía al cristicamporismo algunas rendiciones retóricas, empieza a ser revertido, para convertirse en un principio de claudicación .

La falta de resultados en la guerra contra la inflación, por la que tanto reclama la vicepresidenta por su costo político, lo expone a Massa a compensar con gastos para bajar la tensión social . Concesiones destinadas antes que nada a calmar la ansiedad de Cristina Kirchner y La Cámpora . El efecto acelerador sobre los precios de esas concesiones lleva a la economista Marina Dal Pogetto a advertir sobre el riesgo de estar " coqueteando con la hiperinflación ", que el propio Rubinstein admitió en el Senado. Al final, la palabra maldita llegó . El umbral de lo indecible empieza a correrse.

La reducción de planes sociales que se neutraliza con la asignación de partidas equivalentes o superiores en monto para las cooperativas que manejan los movimientos sociales es un ejemplo cabal de la riesgosa prestidigitación massista. Operaciones de suma cero (en el mejor de los casos), que se cuentan y se contabilizan de manera diferente, según quien las relate y a quien se las digan.

"Solo la miopía o la urgencia política pueden explicar el inflador que se les está poniendo a los gastos", admiten debajo de Massa. El bono de fin de año al que Alberto Fernández , en soledad y en extrema debilidad, aún se resiste a ponerle su firma así como el Fondo para la Indigencia son mucho más que goteras por las que se filtrarán los recursos ya contabilizados.

El cumplimiento del celebrado acuerdo con el FMI , que mantienen en pie la creatividad contable de Economía y la benevolencia con la que el organismo la acepta, ahora corre riesgos. La...

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