El lobista: Rodrigo de la Serna en una serie en la que la política pesa fuerte

Rodrigo de la Serna, un ex miembro del servicio secreto que utiliza sus contactos para hacer negocios propios.

En la última semana, en plena turbulencia de los mercados cambiarios en el país, aparecieron en Buenos Aires unos afiches con Rodrigo de la Serna sumergido en el agua casi hasta el cuello, con dólares flotando a su alrededor. Se trataba del anuncio del estreno de la serie El lobista, que tendrá lugar el miércoles próximo, en Eltrece, a las 22.45, la que luego se podrá ver también por TNT y Flow. La confluencia entre la aparición del aviso de esta propuesta de ficción y la realidad política del momento fue solo una coincidencia, según sostienen los responsables de la emisión de la serie. Pero la casualidad a lo mejor se repite en otras oportunidades, con la llegada de este programa que muestra prácticas habituales de la dinámica del quehacer político en nuestro país. Matías Franco, el personaje de De la Serna, es un exservicio de inteligencia que aprovecha su experiencia y sus contactos en aquella actividad para "ganarse la vida sin trabajar", según declara el mismo con su voz en off mientras se lo muestra manejando un planeador ni bien se inicia el primer episodio.

"Matías es un facilitador de negocios. Cuando hay intereses posibles para emprender algo entre dos partes él las reúne para poner en marcha la operación y después se lleva su tajada. Cuando no hay intereses a la vista, igual los genera de manera de armar su propio negocio", dice De la Serna a LA NACION para explicar, con palabras que no delatan ningún desvío de la legalidad, la actividad de su personaje. Aunque, como se verá en el programa, nada de lo que hace le deja las manos limpias. "Eran demasiados los contactos que tenía este muchacho en el poder legislativo, en el judicial y en el mundo empresario, de la época en que trabajaba en los servicios de inteligencia, como para desaprovecharlos. Así que ahora retirado de aquella actividad le saca el jugo a lo que sembró cuando hacía aquél trabajo", agrega el actor.

Más allá de algunos negocios que aparecen para mostrar el accionar del lobista, el foco de la historia está puesto en la relación que entabla con Elián Rojas Ospina, el líder de una iglesia protestante que interpreta Darío Grandinetti . "Rojas Ospina tiene algunas actividades ilícitas de las cuales proviene el dinero con el que se financia su iglesia. La misión que tiene mi personaje es lavar ese dinero y hacerlo legal, además de expandir el poder territorial...

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