Hasta dónde llegará el extremismo cristinista

En sectores afines al oficialismo se vienen escuchando diferentes mensajes con connotaciones que parecen apuntar a generar en el imaginario colectivo la percepción de que a la actual fuerza gobernante no se la podrá sacar del poder ni con la fuerza de los votos. Confluyen en esos gestos la siembra del miedo en la sociedad, el creciente debilitamiento del derecho de propiedad, los abusos de poder y la sombra de un Estado policíaco.Las excursiones de los presos enrolados en el Vatayón Militante a mitines políticos; el apoyo oficial a las milicias populares de Tupac Amaru en el Norte; la sospechosa pasividad frente a la destructiva acción de los Dragones en el Sur; la infiltración de La Cámpora en las escuelas y sus campañas de adoctrinamiento; las operaciones contra los gobiernos de Daniel Scioli y Mauricio Macri tendientes al ahogo financiero de sus administraciones y a su esmerilamiento; los incidentes provocados en Córdoba para castigar las posiciones críticas del gobernador José Manuel de la Sota hacia la Casa Rosada; las expropiaciones expré s; el proyecto de abrir los countries y barrios cerrados, y el llamativo homenaje de la presidenta Cristina Kirchner a Envar El Kadri, precursor de la guerrilla peronista y fundador de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) van en un mismo sentido.Difícilmente cualquiera de esos episodios arrimen más votos al partido gobernante. Algo de lo cual da cuenta la fuerte caída de la imagen presidencial producida en las últimas semanas. Tampoco esas señales de radicalización ayudan a la economía del país; por el contrario, ahuyentan inversores, al tiempo que esta reticencia a invertir empuja aún más al Gobierno hacia posiciones cada vez más extremas.Del incipiente cepo cambiario que comenzó a tomar forma pocos días después de las últimas elecciones presidenciales se ha avanzado hacia una maraña de medidas de dudosa legalidad orientadas a tener bajo control ya no al dólar, sino a 40 millones de argentinos asfixiados por los abusos de un Estado policíaco que pretende mostrarse eficaz para vigilar a ciudadanos comunes y corrientes que buscan hacerse de un puñado de dólares, pero que es estéril ante los verdaderos delincuentes.¿Qué hay detrás de este extremismo? Un grupo gobernante convencido de que el éxito de su proyecto de poder precisa de la provocación a ciertos sectores sociales o económicos, y del aumento de la conflictividad. La siembra del odio, que es siempre inmoral, se asocia con una lógica perversa, que considera...

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