Lionel Messi: enciende la ilusión en su tercer paso por Chile

LA SERENA.- De las seis veces que la Copa América se disputó en Chile, la Argentina la obtuvo en las últimas cuatro oportunidades (1941, 1945, 1955 -en la final en Ñuñoa ante Chile murieron seis personas en una avalancha- y 1991). Ese último título de 1991, con el equipo de Basile que tenía a Batistuta, Caniggia y Simeone, cortó una sequía de 32 años sin consagraciones en el torneo de selecciones en disputa más antiguo del mundo. Ahora se intentará cerrar una grieta de 22 años sin dar una vuelta olímpica. La abstinencia anterior fue mucho menos agria porque en ese período se alcanzó la gloria mayor y global con los mundiales de 1978 y 1986.

¿Volverá Chile a ser tierra de redención para la Argentina? Incluso de este lado de la Cordillera de los Andes, y con estancia en La Serena como ocurre ahora, pasaron con suceso de campeón otros dos seleccionados: el Preolímpico Sub 23 de Bielsa en 2004, con Carlos Tevez de N° 9, y el Sudamericano Sub 20 en 1997, entrenado por Pekerman y con un Riquelme que empezaba a dar muestras de su talento. Los presagios sustentados en estadísticas históricas y en las coincidencias geográficas son una ciencia muy imperfecta y traicionera en el fútbol. Hay buenos augurios que pueden apoyarse en argumentos más actuales y concretos. Como que la Argentina buscará subirse al primer escalón del podio con el mejor Lionel Messi posible, en una versión superadora de una que ya era de alto nivel.

Aquí, Messi no tendrá "que cambiar el chip", como dijo cuando se incorporó al seleccionado antes del Mundial 2014, cuando venía de una temporada discreta e irregular (no mala) en Barcelona. Ahora debe procurar que su chip se mantenga activo durante 25 días más, antes de entrar en unas merecidas vacaciones. Este Messi está alejado de cualquier tentación individualista; pone su clase y extraordinarias condiciones al servicio de los objetivos colectivos. No juega para él, sino para los demás. Es generoso. Lo maravilloso es que, aun socializando sus recursos, igual brilla con luz propia, sus destellos son incomparables. Lo demostró toda esta temporada en Barcelona, con Luis Suárez y Neymar como principales beneficiarios, y no hay motivos para desconfiar que no lo hará con el seleccionado, con el que está debidamente comprometido y donde comparte un plantel con muchos compañeros muy cercanos a sus afectos.

Por eso, a Messi no lo desvelará saber que en esta Copa América seguramente llegará a los 100 partidos con la Argentina (suma 97...

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