Desde la limpieza de inundaciones en Australia, moda en París, cabras en Israel y mates en Buenos Aires

Buenos Aires, octubre 2022.

Melbourne, octubre 2022.

RECUENTO DE DAÑOS.Bajo la mirada de Kramer. Bajo la de Tony Montana, también. Seinfeld y Scarface, sitcom y película; Michael Richards, Al Pacino. El hombre, quizás cinéfilo, sin duda devoto de eso que las imágenes en movimiento -y los guiones, las actuaciones, la maravilla del montaje y la puesta en escena- saben hacer, limpia con resignación su casa. Bajo la tutela de actores y producciones amadas por generaciones de todo el mundo. Podría incluso pensarse alguien con suerte: en el estado australiano de Victoria las últimas inundaciones dejaron viviendas sumergidas hasta el techo. A este habitante de Melbourne le tocó ver cómo la avanzada del agua irrumpía en cada espacio de su casa, pero sin ganar altura. Sin cubrirlo todo. Y sin anegar los afiches de filmes y series, esa cuota de magia, pura narrativa, tensiones y risas, sin la cual todo sería demasiado árido. Más bien devastador.(Texto Diana Fernández Irusta)

Wehrheim, Alemania, octubre 2022.

EQUILIBRIOS POSIBLES.Eso que hoy por hoy suele mencionarse como terreno de utopía. Y lo cerca que está, lo a mano que aparece en tiempo presente; lo cerquita que anduvo en un pasado no tan lejano. Hablemos del equilibrio entre humanidad y naturaleza. Pensemos en medios de transporte, circulación, polución. Y entonces, tangencial pero no tanto, esta foto. Bosques del Taunus, sudoeste de Alemania. Quién pudiera hundirse en esa frondosidad que, por esta época, se pinta de otoño boreal. Quienes proyectaron las vías férreas que aquí aparecen intervinieron, qué duda cabe, el bosque. Pero no parecen haberlo arrasado. Tampoco haberlo puesto en riesgo. Hay belleza y seguramente unos cuantos puntos a favor del ambiente -y de la vida humana- en ese tren que circula por entre los árboles. Una pista posible, el sueño de un mundo amable que bien podría ser para todos.(Texto Diana Fernández Irusta)

Munich, octubre 2022.

ZONA DE ESPERA.

Suena a cliché, pero qué certero aquello de los "no lugares", el concepto acuñado hace décadas por Marc Augé. Eran comienzos de los noventa, tiempo de expansión planetaria de shoppings, cadenas hoteleras y un tráfico aéreo destinado a una globalización pujante, para todos y, pareciera ser, eterna. Todo lo que vio Augé en su tiempo. Todo lo que vemos hoy por hoy, un poco igual a aquello anunciado tras la caída del Muro, más bien distinto de todas las promesas que por aquel entonces se ensalzaban. Y aunque ahora el sueño globalizador muestra sus grietas -crujidos por donde se cuelan la crisis migratoria, la guerra, incluso la amenaza nuclear-, los no lugares siguen allí. Por caso, este rincón del aeropuerto Franz-Josef-Strauss de Múnich, único e igual a todos. Tanto como la espera del hombre que, no sabemos si paciente, aguarda al auto que lo saque de allí.(Texto Diana Fernández Irusta)

Chapadmalal, octubre 2022.

TIEMPO DE VALIENTES.

Hubo un tiempo en el que tuvimos una mística motorizada. Así, andábamos por la vida en autos inmensos, pesados y ruidosos que carecían de...

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