En el límite con Bolivia se intercambia cocaína por granos

SALVADOR MAZZA, Salta.- Son apenas dos portones gigantes enfrentados a la corta distancia de 15 metros. Dos edificaciones de paredes bien altas unidas por un improvisado terraplén de cemento. Nada que llame demasiado la atención si no se tuviese en cuenta que una está en la Argentina y la otra en Bolivia. A un par de kilómetros está el paso oficial entre esta ciudad y San José de Pocitos. Pero esos fondos de viviendas representan la frontera viva y permeable. Un cargamento de cocaína puede tardar apenas segundos en ser cruzado por allí, por algo más de 1000 dólares para que quien se arriesgue luego a transportarlo 150 kilómetros hasta las zonas de acopio en Orán. Aquí, en esa cañada, se caminan los primeros quince pasos de todo contrabando. De aquel lado sale la droga y de éste, el pago preferido en estos días: granos.

Entre gendarmes caminó por esa cañada la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Escuchó las explicaciones de los hombres que están en la zona caliente del tráfico de drogas. Ese punto de traspaso quedó inutilizado por la presencia de patrullas. Pero la situación puede repetirse algunos pasos más allá. Es un juego de acción y reacción permanente. De un lado y otro están acostumbrados a cruzar por los fondos de las casas. Es casi imposible detener ese movimiento sin generar una alteración social. La primera línea de la frontera tiene su propia lógica.

El primitivo intercambio de drogas por granos de todo tipo (un insumo vital en Bolivia, que deja un margen de ganancia mayor a los traficantes) es el inicio de un proceso narco que termina hoy en enfrentamientos armados por el control de los puestos de venta en las ciudades. Aquí empieza todo. Incluso la penetración del narcotráfico en la política, como lo muestra el caso reciente con un concejal de esta ciudad detenido y otro prófugo por transportar cocaína.

El narcotráfico aparece aquí como una perdigonada que se abre hasta impactar sus objetivos sin importar si falla alguna munición. Puede cruzar en mochilas por esos senderos semiurbanos y seguir a campo traviesa con motocicletas o camionetas que cortan alambrados, con el bombardeo desde avionetas u oculto en vehículos. No sólo se intenta pasar drogas: la Aduana de esta ciudad mostró a Bullrich el caso de un contrabando de balas.

La ministra recorrió esta zona de frontera con el secretario de Seguridad Interior...

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