El librero que pasó tres décadas encerrado en un archivo y hoy es el responsable de esta joya del barrio

Librería en una casa de Villa Urquiza atendida por sus dueños. Buenos Aires, Argentina, 3 de febrero de 2023.

La calle arbolada invita a caminar pausado. En este rincón de Villa Urquiza aún se respira barrio. Muchos de los vecinos se conocen de toda la vida y no son pocos los que reniegan ante la proliferación de edificios en altura, aunque, por Andonaegui al 3000 , las casitas con jardín ganan la partida, pero ya no hay empedrado.

Allí, camuflada entre jazmines, cretonas y azaleas, la librería JB propone un viaje inmersivo hacia la literatura más exquisita y a sumergirse en un remanso con aroma de páginas nuevas con ese sabor a tinta tan característico, esa pócima que estimula lo erógeno del intelecto y que es la panacea del escriba y el lector.

Y si siempre es gratificante la experiencia, no se trata de una librería más, con mostradores y novedades en las vidrieras. JB Libros funciona en una de esas tantas casas de pastito adelante y patio de piso damero atrás , toda una curiosidad que la convierte en un sitio realmente acogedor.

Y, como lo que cuesta dicen que vale, el emprendimiento es, además, la materialización de un sueño construido en base a un dolor . Se sabe, a veces, la luminosa concreción del deseo está motorizada por las tinieblas más punzantes, de las que también se puede salir.

Vitrales y piso de parqué, la escenografía perfecta para sumergirse en el mundo de los poetas

Que por bien no venga…

" Fueron treinta años trabajando en el depósito de la librería a la que consideraba como propia , ya que tenía la camiseta puesta, toda mi vida adulta estuvo allí, por eso la incertidumbre fue grande", comienza a narrar Sergio Marcial , quien junto a su pareja Florencia Báez , construyeron JB Libros como una forma de contrarrestarle el peso a la adversidad y, además, saldar un viejo anhelo.

Esa librería, en la que Sergio Báez ofrendó sus conocimientos durante tres décadas, fue cambiando de propietarios con el paso del tiempo. Primero perteneció al Fondo de Cultura Económica , luego pasó a manos de Editorial Paidós , y, finalmente, tuvo otros dueños. "La última administración fue la peor", sostiene el librero y melómano.

En marzo del 2021, Báez se tomó sus vacaciones anuales, momento elegido por sus empleadores para dejarlo cesante: " Me despidieron con una causa inventada, eso hizo que me quedase sin los últimos cuatro sueldos, que aún no me habían pagado, y sin la indemnización correspondiente ".

El shock fue grande. Sergio y Florencia , que son padres de Eva , aún en edad escolar...

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