Vélez hace sencillo lo complicado y se acerca a la punta

A los equipos con objetivos claros, con cosas interesantes por ofrecer, también se los distingue por saber resolver lo que se plantea difícil de entrada. Por reponerse de golpes como el que le propinó Newell's (1-4), por la capacidad para transformar lo que era cuesta arriba en un camino directo al triunfo. Esa imagen es la que entregó Vélez al dar vuelta el partido con Belgrano y quitarle el invicto al superarlo por 3 a 1. De un confuso primer tiempo pasó a la más clara de las victorias y a quedar a un punto de Colón, el líder al que hoy sólo puede superarlo por San Lorenzo.

En dos o tres intentos, Belgrano descubrió que no era tan complicado llegar hasta las narices de Sebastián Sosa, muy poco defendido por una última línea un tanto adormecida. Lo comprobó Lucas Pittinari, que se metió en el corazón del área e intentó un remate que le tapó Matías Pérez Acuña; la pelota le quedó de nuevo y habilitó a otro volante con llegada como Guillermo Farré, que definió de derecha ante Sosa.

A partir del gol del conjunto cordobés se dio un partido con un ritmo bastante ágil, se pasaba por el medio sin muchas interrupciones. En ese ida y vuelta vertiginoso quedaban un poco más expuestos los volantes locales, a los que les costaba recuperar la pelota.

Fue un golpe duro para un equipo que todavía no había encontrado su ritmo como consecuencia de algunos cambios y del cansancio por la seguidilla de partidos. Pero la reacción se fue gestando lenta e inevitable. Vélez tuvo una virtud básica en esos momentos: no se desesperó, no se apuró. Fue empujando a Belgrano de a poco y el conjunto cordobés soportó otra llegada clara de su rival a través de Mauro Zárate, a quien Juan Carlos Olave le desvió el remate. Un duelo que se repitió en varias oportunidades y que en el comienzo del segundo capítulo resultaría diferente.

En pocos minutos, se hizo un encuentro dinámico y hablado por partes iguales. Tanto es así que Olave intercambió palabras con rivales...