El lento transcurrir de un sector que pierde de a poco la sensatez

Uno de los dos frentes más activos del transporte fluvio-marítimo argentino, el de la industria naval, atraviesa por una transición cuyo desenlace es difícil de prever. Caracterizado por muy pocas empresas privadas en pie y dos gigantes estatales expectantes, el costado gremial del sector sorprendió con una resolución en la que llamaba a un paro este jueves, en apoyo abierto al proyecto de ley oficial de promoción de la marina mercante y la industria naval.El astillero privado más importante de la Argentina quedaría afuera de los beneficios de esa ley. Es decir, los sindicatos realizarán un paro en apoyo a una ley que discrimina su fuente de trabajo más relevante.Es más, los sindicatos apoyan el paro para promover una ley cuyo autor intelectual (el subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Horacio Tettamanti) es dueño de un astillero nacional que se verá muy beneficiado si se sanciona el proyecto que exige que el 51% del capital de las empresas del sector sea nacional. Deliberada, inocente o astuta forma de condicionar la competencia.Curiosamente, los gremios navales sostienen la medida de fuerza en defensa, por ejemplo, de la disposición 1108 de la Subsecretaría, que condicionó el transbordo de cargas argentinas a puertos locales o a otros del Mercosur con convenio de transporte bilateral, hecho que excluyó al puerto más usado por los exportadores argentinos, el de...

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