El lente deja ver que el cambio no será radical

ZURICH.- "¿Sabés qué quieren de nosotros?". Joseph Blatter estaba encerrado en una habitación junto a Michel Platini, y el entonces presidente de la FIFA buscaba respuestas en su colega de la UEFA tras el inesperado operativo policial del que habían sido objeto. "No", atinó a decir el francés antes de que la policía volviera a ingresar en la habitación. Los separaron, querían evitar que continuaran hablando.

Aquello sucedió hace apenas tres meses, en diciembre, tras una reunión del comité ejecutivo de la FIFA. Desde entonces y hasta hoy, las cosas se precipitaron. Blatter y Platini fueron suspendidos de sus cargos -ayer se les redujo la inhabilitación de ocho a seis años- y el ente rector del fútbol mundial se lanzó a un proceso electoral que se resolverá mañana, en esta ciudad. A primera vista, el cambio es importante: hay cinco candidatos presidenciales y un proceso de reformas que debería llevar a una FIFA diferente, más transparente. Pero si se acerca el lente, el cambio está muy lejos de ser radical. El nuevo presidente será un jeque árabe o un eficiente suizo. El primero, apadrinado por Blatter. El segundo, por Platini. Sepp y Michel, ambos siguen ahí. ¿Es eso una renovación?

Salman bin Ibrahim Al-Khaliffa cree que sí: "La FIFA vino siendo manejada hasta ahora por europeos y sudamericanos. ¿Cómo es que hasta ahora tres cuartos de la población mundial no tuvo un rol importante en el manejo del fútbol? ¿No es hora ya de darle la oportunidad a un representante de Asia?".

Está claro que, a sus 50 años, el jeque sabe hacer preguntas retóricas. Más difíciles se le ponen las cosas cada vez que vuelve la acusación de haber presidido una comisión para identificar opositores, lo que terminó en unos 150 deportistas, entre ellos futbolistas, encarcelados e incluso torturados. Aquello fue en 2011, cuando la hoy ya desinflada "primavera árabe" se reprodujo en Bahréin.

"Mientras Salman no dé respuestas, no podrá ser presidente de la FIFA", enfatizó Nicholas McGeehan, experto en Medio Oriente de la organización Human Rights Watch. McGeehan tiene entre ceja y ceja al primo del rey de Bahréin: "Es un país que no tiene nada que ver con una democracia, un país en el que se tortura y se termina arbitrariamente en la cárcel con larguísimas penas. Elegirlo presidente sería la muerte institucional de la FIFA". Lo mismo piensa el profesor Mark Pieth, el primero en diseñar un paquete de reformas para la FIFA. Pieth cree que, "como representante de una...

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