Legislar para una educación sexual integral

Como reverberaciones del tratamiento de la ley de legalización del aborto, tanto en el ámbito nacional como en varios distritos han cobrado fuerza proyectos de normas sobre educación sexual en un esfuerzo por encauzar situaciones evitables desde la experiencia, la información y el conocimiento. Sin embargo, a caballo de estas buenas iniciativas se montan algunos contenidos controvertidos y que deberían razonablemente atravesar el sano debate que imponen cuestiones tan serias y delicadas. Muchos de los proyectos en estudio no respetan el deber y el derecho de los padres de educar a sus hijos según las propias convicciones y el espíritu de las instituciones educativas elegidas por ellos.En junio pasado, sin despacho de comisión y sobre tablas, impulsada por el legislador Guillermo Kane, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, diputados bonaerenses aprobaron la inclusión de la educación sexual integral, obligatoria, "científica, laica y con perspectiva de género" en establecimientos de gestión estatal y privada, con espacio curricular propio y contenidos transversales en las distintas asignaturas, en todos los niveles y modalidades. El proyecto ya tomó también estado parlamentario en el Senado bonaerense. Propone un abordaje "laico, científico y crítico de toda perspectiva religiosa, oscurantista, opresora, discriminatoria y coercitiva". Por cierto, los adjetivos elegidos son elocuentes y reflejan el espíritu de la norma. Coincidimos en la necesidad de laicismo en tanto apartado de creencias religiosas, pero hemos de exigir que no sea contrario a los dictados de la única ley que no se puede violentar: la ley natural.El proyecto propone crear un organismo de aplicación de la ley, que integrarían, además de funcionarios de la Dirección General de Cultura y Educación, lo cual sería en principio apropiado, los "centros de estudiantes, sindicatos docentes, representantes de las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres, de la diversidad sexual y de género", lo cual resulta irrazonable. Se nos ocurre proponer numerosos candidatos a integrar dicho organismo mucho más calificados que los previstos en el proyecto, pero lo que más asombra es la falta de toda mención sobre la comunidad educativa, formada por padres y maestros, considerados los más idóneos para decidir sobre la educación sexual de los chicos en edad escolar. Es en ese ámbito donde mancomunadamente ambos deben trabajar en educación sexual y evitar así una de las...

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