De los lectores: cartas & mails

Mal ejemploContemplé con estupor el mal ejemplo público dado por la vicepresidenta de la Nación al no utilizar barbijo protector en la última reunión del Senado de la Nación, cuando el resto de los presentes sí lo hicieron. Por su alta investidura, aunque sea para dar el ejemplo, debió utilizarlo, máxime cuando su imagen apareció en todas las pantallas de televisión de la Argentina.Pedro R. CossioDNI 4.266.136Cuadro en OlivosDetrás del despacho del señor Presidente en Olivos se acostumbra tener un cuadro del general San Martín o la bandera patria, como bien explica Pablo Sirvén en la columna Catalejo, de la última página. Que el Presidente haya cambiado dicho cuadro por uno partidario ahonda la grieta y no corresponde. Así nunca podremos ser un país unido y pujante .Ana Lucrecia de las Carrerasanaludelascarreras@yahoo.com.arAlberdiEs lamentable el triste espectáculo que vienen ofreciendo, y que probablemente seguirán ofreciendo, estos diputados y senadores nacionales. Juan Bautista Alberdi reposa en el panteón de los grandes próceres. Tal vez su momento de mayor agitación haya sido el de su célebre polémica con Sarmiento. Desde entonces descansa. Menos mal que el largo tiempo transcurrido desde que concibió esa gran obra de arquitectura jurídica que fue la Constitución nacional le ahorra tener que contemplar cómo se comportan los actuales legisladores y quienes hoy presiden las cámaras.Jorge Armando MaldonadoDNI 8.340.667Cloacas y aguaMi hija vive en un barrio modesto de Remedios de Escalada, partido de Lanús, conocido como barrio ferroviario porque ahí los ingleses instalaron y subsisten los talleres que servían al ferrocarril. Todavía funcionan y casi todas las familias que habitan el barrio trabajan en ese sector. Pese a su modestia, el barrio cuenta con cloacas y agua corriente desde su creación. Fue una exigencia de sus primeros pobladores, trabajadores ingleses, especialmente maquinistas y obreros. Lo consideraban, ya en aquella época, un servicio esencial. Estamos hablando de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Poco después el país comenzó una caída libre que no tiene, en principio, visos de detenerse, sino, por el contrario, de profundizarse, consecuencia de una dirigencia corrupta e inútil y que está aprovechando la pandemia para consagrar su impunidad. Ahora la gente se encuentra preocupada por esas carencias porque el coronavirus la acecha. La pandemia ha servido para que se adviertan muchas de nuestras falencias, pero...

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