De los lectores: cartas & mails

Otra misaEntre otras varias, se me ocurren dos opciones que tendría la Iglesia para intentar unificar a la castigada ciudadanía argentina: 1) Convocar a todos a una misa en la Basílica de Luján para orar por el fin de la corrupción en la Argentina. 2) Convocar a una misa para que en nuestro país se pueda terminar con la tan destructiva "grieta". En cualquiera de estas dos opciones se encontrarán las personas que en realidad están interesadas en el bien de la Argentina y no en simples intereses sectoriales o personales.Mauricio MauretteDNI 13.380.744Lejos de la políticaEn la tapa de LA NACION del domingo pasado se destaca la celebración de la misa a cargo del arzobispo Radrizzani con el lema "Por la paz social, el pan y el trabajo".Las primeras filas fueron ocupadas por personas del sindicalismo y la política que se encuentran fuertemente cuestionados por la sociedad e investigadas por la Justicia. Como creyente, me desagrada la vinculación de la Iglesia con la política, cuando excede el marco de la ayuda social y guía espiritual. Creo, como muchos, que ciertas personas que participaron de esa celebración han sido activos promotores para que nuestro país tenga menos paz social, sea más pobre y genere menos trabajo. Tampoco imagino que nuestra Virgen de Luján se haya sentido muy honrada con el uso de su basílica por estos personajes. Quiero a mi Iglesia cada vez más cerca, más inclusiva y aún más comprometida con la ayuda permanente a los más desprotegidos, pero cada vez más lejos de la política enchastrada de mi país.Eduardo QuinternoDNI 22.824.430No confundirse¿Cuándo entenderemos los argentinos que no somos el ombligo del mundo? Creer en que lo que dijo Pablo Moyano y pensar que el papa Francisco es el impulsor de actos políticos o religiosos en la Argentina es desconocer la misión mundial que tiene como pastor e incluso menospreciarla. Es interpretar a un líder religioso con el lenguaje de la política barata a la que suelen estar acostumbrados muchos dirigentes de esta nación; es desconocer la estructura de la Iglesia y su funcionamiento; es ningunear a los obispos argentinos y su autonomía en las decisiones en cada diócesis particular. Cuando todo se enreda adrede y con objetivos espurios que intentan mejorar la imagen de corruptos o debilitar a la Iglesia por conveniencias políticas huele a una dirigencia que no se conecta con su pueblo y sus creencias, y, entonces, necesitan mostrarse abrazados a quienes sí lo logran. Me duele tanto la...

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