De los lectores: cartas & mails
Irresponsabilidad
Sin iniciar un debate sobre lo acertada o desacertada gestión del gobierno actual, las declaraciones con intento destituyente vertidas por una persona cuyas opiniones importan mucho, como las del exjuez de la Corte Eugenio Zaffaroni, evidencian una gran irresponsabilidad. Ignora la opinión de la ciudadanía, que hace apenas dos meses y medio se manifestó democráticamente. Y es también irresponsable la actitud de parte de la oposición, con su silencio cómplice, espíritu "chicanero" impresentable y falto de memoria.
Edgardo Reymondes
DNI 7.734.366
Luces y sombras
Con respecto a lo ocurrido con el ministro Triaca, creo que en la vida de una persona hay hechos importantes y brillantes que muchas veces empalidecen ante la presencia de hechos pequeños y oscuros. No es justificación, pero ayuda a tranquilizar la conciencia. Lo importante es tener conciencia y vergüenza, que muchos no tienen (Immanuel Kant, filósofo). ¡No somos perfectos!
Marta Helena Stange
mailto:Stangede@gmail.com
Ardides
No estoy de acuerdo con el lector Juan José Ávila. Los sindicalistas tienen un accionar mafioso desde hace 70 años, y los detalles sobre la empleada doméstica de Triaca son típicas operaciones de inteligencia para desprestigiarlo, lograr su renuncia y poner ahí en el Gobierno alguien más amigable a los gremios. Si el ministro renuncia, estaría alimentando esa red mafiosa. No renuncie y haga bien su trabajo, señor Triaca. Salvando las distancias, lo mismo se hizo con Nisman, a quien se lo intentó desprestigiar por su vida privada. Beliz fue otro caso similar. Son ardides ya conocidos que buscan desvalorizar a una persona para obtener otro resultado. Triaca es una persona de bien, de confianza del Presidente, enfrentando a gremios muy poderosos, que le van a meter esta y otras zancadillas para desgastar su accionar. ¡No afloje!
Damián Donnelly
mailto:Ddonnelly1961@gmail.com
Multas en la ruta
Volviendo de Río Cuarto, escondido a la sombra de un árbol, un patrullero registra un exceso de velocidad, y 250 metros después, un puesto de control me notifica una infracción: iba a 130 km/h. Sin carteles a la vista, me informan de una ley provincial, que no tengo por qué conocer, que dice que la máxima es de 110 km/h. Graciosamente, si pago en fecha me hacen un descuento del 50% y debo pagar 2534 pesos. Otra alternativa es presentarme en Río Cuarto (donde no vivo) gastando más tiempo y dinero. ¿Quién defiende al ciudadano ante estos atropellos?
Jorge...
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