Una vivencia que forja lazos profundos

NAVARRO, provincia de Buenos Aires.- Albertina y Jonathan llegaron temprano a la escuela, vestidos con su uniforme granate. En la institución se respiraba otro aire; se percibía un entusiasmo especial. Los jóvenes se dividieron en grupos junto a sus compañeros, tomaron un changuito de supermercado y salieron a recorrer la ciudad.El objetivo del día era claro: había que golpear las puertas de cada vivienda para pedirles a los vecinos si podían colaborar con alimentos no perecederos. Es que desde hace once años los alumnos de la Escuela de Educación Secundaria Técnica Nº 1 de Navarro, en la provincia de Buenos Aires, son padrinos de una institución rural de Santiago del Estero. Y los estudiantes se toman muy en serio su función."Siempre una mano se puede dar", enfatizó a LA NACION Jonathan López, uno de los 26 jóvenes que el próximo miércoles partirán rumbo al paraje Tres Varones, en el departamento santiagueño de Copos, donde viven y estudian sus ahijados. Allí los esperan 60 niños, de entre 5 y 14 años, que cada año cuentan ansiosos los días que faltan para recibir a sus huéspedes.Se trata de una comunidad muy humilde en la que residen 24 familias. La mayoría de las viviendas no tienen puertas, tampoco cuentan con el servicio de luz ni de agua potable. La situación de precariedad se repite en la Escuela Nº 1143, donde concurren los niños en edad escolar.El proyecto solidario, coordinado por la Asociación Civil de Padrinos y Alumnos y Escuelas Rurales (Apaer), no se limita a llevar alimentos no perecederos, necesarios...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR