El largo romance de las urnas con el bolsillo

La historia de las elecciones legislativas desde el regreso de la democracia exhibe una correlación bastante directa entre la situación económica y el resultado en las urnas. Aunque resulta inadecuado atribuir únicamente el desenlace de cada comicio a los indicadores macroeconómicos, éstos han desempeñado un rol importante, según los analistas políticos y económicos consultados por LA NACION.

Al recorrer las elecciones legislativas, se observa que en 1985 -tras el inicio del plan Austral- la economía crecía, la inflación comenzaba a caer, y el radicalismo ganó. En 1987 la suba de precios se aceleró y el crecimiento económico fue leve; el partido gobernante comenzaba a perder el poder en manos del peronismo hasta su dura caída en 1989. En 1991 y 1993, con la convertibilidad en marcha luego de la hiperinflación, el peronismo de Menem logró imponerse, con más de 10 puntos de ventaja, al radicalismo.

En 1997, tras el efecto tequila y la fuerte suba de la desocupación, la Alianza (con el PJ disidente y la UCR) le ganó por unos 9 puntos porcentuales al menemismo. En octubre de 2001, la Alianza, ya como gobierno y con la convertibilidad a punto de estallar, perdió frente al peronismo por 14 puntos porcentuales. En 2005, con Kirchner consolidado en el poder y la economía en recuperación, el Frente para la Victoria sacó 41,5% frente al 15,3% de la UCR. En 2009, como reflejo del agotamiento local del modelo -exhibido en la crisis con el campo- y de la aguda crisis internacional, el gobierno de Cristina Kirchner obtuvo una muy moderada ventaja de 2 puntos frente al Acuerdo Cívico y Social, integrado por la UCR, la Coalición Cívica y el socialismo, y Pro logró casi 20 puntos; el Indec informaba un crecimiento del 0,1%, que luego del fin de la manipulación, se supo que resultó ser una caída del 6%; para las consultoras privadas, la recesión fue del 4% ese año. Más aún, el gobierno perdió la elección bonaerense, pese a que la boleta estaba encabezada por el ex presidente Néstor Kirchner, enfrentando a Francisco De Narváez.

En 2013, la regla se rompió: la economía creció 4,3% según el FMI. Pero el cepo afectó negativamente las expectativas de la clase media por las restricciones a la compra de dólares. El gobierno salió primero a nivel nacional, pero volvió a perder en la provincia de Buenos Aires frente al massismo y se sepultó la idea de una "re-reelección" de Cristina Kirchner.

El presidente de la Academia Nacional de Historia, Roberto Cortés Conde...

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