Larga tarde de suspenso

Entre tantas irregularidades y desprolijidad, el fútbol argentino podría hoy sumar una muy cercana al absurdo. Vélez puede consagrarse campeón, pero para ello deberá esperar cuatro horas después de terminado su partido con Huracán. Lo insólito no termina ahí: el triunfo necesario para dar la vuelta olímpica con una fecha de anticipación no tendrá hinchas como testigos, ya que el estadio del Globo está suspendido tras los incidentes contra Estudiantes. De concretarse una combinación de resultados (lo único que adelantaría la definición es una victoria del equipo de Gareca y una derrota de Lanús), los simpatizantes de Vélez que hayan ido al estadio Amalfitani a observar el partido en la pantalla gigante harán la vigilia hasta saber si será un domingo de festejos. Esta distorsión de horarios sólo se remedia en la última fecha, cuando los conjuntos involucrados en la lucha por el título disputan sus encuentros al mismo tiempo, según lo establece el reglamento de la AFA, que habría que modificar en ese apartado.A las 14, Vélez intentará dar otro paso hacia el campeonato que por última vez conquistó hace dos años, ante el mismo adversario, que ahora atraviesa circunstancias mucho más adversas y negativas. El desafío del líder del Clausura pasa por contrarrestar el desgaste, físico y mental, que le provocó la doble competencia entre el sueño frustrado de la Copa Libertadores y el aún vigente de la corona local. Por lesiones seguirán al margen Cubero y Moralez (autor del gol del título en 2009); suspendido Canteros, Gareca no confirmó la reaparición de Razzotti, también de baja en los últimos cotejos por inconvenientes físicos...

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