Las lámparas incandescentes aún iluminan el 80% de los hogares

En el baño, en la lámpara de la mesita de luz y en los plafones de techo de las habitaciones y el living. A pesar de que las clásicas lamparitas de luz incandescentes tienen los días contados, aún hoy el 80 por ciento de la iluminación en los hogares argentinos proviene de ellas, según datos de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas, Luminotécnicas, Telecomunicaciones, Informática y Control Automático (Cadieel).En apenas seis días, su venta quedará prohibida por ley en todo el país y, aunque en las principales cadenas de supermercados ya casi no se las encuentra, los pequeños comercios de barrio las atesoran en su stock casi como objetos valiosos."El consumidor todavía necesita educarse. Cuesta asimilar que el ahorro de energía con las lámparas de bajo consumo es muy grande y que, si bien son más caras, también duran mucho más", dice a La Nacion Claudio Kramer, gerente de Cadieel.Según opinan los expertos, la gente las seguirá utilizando mientras duren. Un cálculo rápido y aproximado indicaría que, por lo menos, las lámparas incandescentes iluminarán los hogares unos dos años más. "Tienen unas mil horas de funcionamiento, así que, entre las que hoy están en uso y las que pueden quedar como reserva en las alacenas de las casas, a un promedio de cuatro horas de uso diario, seguirán funcionando por uno o dos años más", estima Kramer.Coincide con este cálculo Hernán Giardini, director de la campaña de cambio climático de Greenpeace Argentina. "En dos años el 99 por ciento del país utilizará lámparas de bajo consumo, y el costo extra que hoy debe pagar el consumidor se amortizará con el tiempo y con la reducción de la tarifa de luz", argumenta Giardini.Estudios realizados por la ONG indican que "el ahorro anual con un fuerte programa de reemplazo de luminarias en el sector residencial puede ser de 4200 GW/h, casi el doble de lo que produce la Central Atómica Atucha I. Y, si se aplicase un programa total en el cambio de luminarias, extendido a los sectores públicos y comerciales [lo que sucederá a partir de la puesta en vigencia de la ley 26.463] podríamos evitar una demanda de energía similar a la generación que se estima para la planta atómica Atucha II".En una recorrida que realizó La Nacion por pequeños supermercados y comercios de barrio, se pudo comprobar que las lámparas incandescentes aún son más solicitadas que las de bajo consumo. "Es cierto que la venta de las lámparas de bajo...

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