Lamela y Luque: se formó una sociedad para la recta final

MEDELLIN (De un enviado especial).- Por diferentes motivos, ninguno de los dos estuvo en el Sudamericano de enero en Perú. Erik Lamela, porque River no lo había cedido. Y Carlos Luque, con la desventaja que supone tener 18 años, porque el técnico Perazzo se había inclinado por otros jugadores (entre ellos, Mauro Díaz). Hoy, este seleccionado argentino es difícil de imaginar sin la presencia de ambos entre los titulares.La inserción de cada uno en el equipo fue por caminos distintos. Lamela llegó al Mundial con un lugar asegurado entre los once. Luque empezó como suplente y se ganó un puesto a partir de su producción contra Corea del Norte. En ellos se explica buena parte de la clasificación de ayer a los cuartos de final del certamen.Dos incursiones profundas de Luque provocaron los penales (el primero sólo existió en la imaginación del árbitro sueco) que convirtió Lamela. En el primer penal, la Argentina sacó un injustificado provecho de una acción que le podría haber causado un perjuicio: Luque ya estaba amonestado por simular, y si el árbitro no se hubiera dejado engañar por la caída sin falta del volante de Colón, éste debería haber recibido la segunda tarjeta y la consecuente expulsión.Con los dos tantos de ayer, Lamela suma tres y es el goleador del seleccionado. El primero se lo había convertido en el debut a México con un remate desde fuera del área. En el primer penal, el arquero egipcio Elshenawi adivinó la dirección del remate y alcanzó a tocar la pelota, que entró despaciosamente. En el segundo no hubo sufrimiento con un tiro alto y cruzado.Lamela compensó con los goles del triunfo un rendimiento discontinuo. A veces se excedió con la conducción de la pelota y provocó algunos contraataques. En los momentos que...