Ladrones

Pasó hace dos semanas. Cuando el cura, única persona que vive en el colegio del cual es director, oyó ruidos que venían de la cocina, supo que estaba en problemas. Eran cerca de las 9 de la noche. Llamó a la comisaría, en el corazón de Barrio Norte. Los ruidos seguían, cada vez más intensos. A los 5 minutos, o quizá menos, llegó un patrullero. Percatados de que ahora los que estaban en problemas eran ellos, los ladrones escaparon. A pocos metros del colegio, en uno de esos tachos de basura grandes que están en las veredas, tiraron lo que se habían robado. No había sido una gran faena: un par de microondas, pavas eléctricas y algunas cosas más.

El cura y los policías los recogieron, se hicieron fotos del hallazgo y todo fue a parar a la comisaría, donde debía ser sometido a...

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