El kirchnerismo, en guerra con la libertad

Cristina Kirchner y Alberto Fernández presiden un gobierno coherente: guiados por sus prejuicios y muletillas ideológicas, siempre se equivocan para el mismo lado.

Las recetas de soluciones son las mismas, al igual que los enemigos a quienes pretenden hacer afrontar el pago de esos remedios.

La nueva variante del cristinismo actúa con previo aviso. Sorprenderse ahora es un ejercicio tardío y hasta hipócrita. Todo fue dicho en la campaña electoral, dos años atrás. Defraudados por Mauricio Macri , muchos eligieron creer el "volvemos mejores".

En ese mismo acto, en algún caso maquillado por el advenimiento de un superador albertismo, la mayoría pasó por alto que la expresidenta declaraba obsoletos los principios de la división de poderes planteados por las revoluciones francesa y norteamericana de fines del siglo XVIII.

Con esa línea ideológica es que está siendo sometido a una fuerte presión el sistema básico de libertades establecido por escrito por la Constitución de 1853 y reafirmado de hecho por última vez en el consenso democrático de 1983 .

Cristina avisó que es ahora la líder de un espacio que reniega de las formas esenciales de la democracia liberal. Y su gente actúa en consecuencia.

La militancia oficialista celebra en las redes sociales la desgracia de los miles de infelices que quedaron varados

Los discursos de campaña electoral de la vicepresidenta se reflejan hasta en medidas tomadas por funcionarios de tercer nivel que sienten que la mejor forma de ascenso es hacer realidad el mensaje de la autora de Sinceramente . Dicho sea de paso, en ese best seller está por escrito el pensamiento de la vicepresidenta a cargo del poder.

Es una resolución de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) la que conculca en la práctica la libertad de circulación establecida por la Constitución al impedir que puedan regresar al país decenas de miles de argentinos que volaron al exterior.

Hay varios escalones entre la ANAC y Presidencia, pero ninguna distancia con los reflejos autocráticos que, mezclados de prejuicios discriminatorios, detonan una decisión como la genial idea de forzar a los viajeros argentinos a demorar su regreso para prevenir los contagios de coronavirus.

Para decorar el momento, la militancia oficialista celebra en las redes sociales la desgracia de los miles de infelices que quedaron varados. Se la merecen por hacer ostentación de dinero al irse al exterior a vacunarse, dicen ignotos, pero también famosos hombres del...

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