Justicia social, bien común ¿existe alguna definición 'objetiva'?

El PBI de un país es el resultado del esfuerzo y la asunción del riesgo por parte de los seres humanos

Una incógnita que nunca pude resolver: usted y yo estamos delante de una bandera argentina. Para que las respuestas sean genuinamente independientes, a cada uno de nosotros alguien nos pide que escribamos en un papel de qué color es la bandera. Naturalmente que ambos escribimos "celeste y blanca". Pregunta: ¿es "mi" celeste y blanco igual que el "tuyo"? La misma duda aparece cuando, para apoyar la adopción de una medida de política económica se apela a conceptos como los de justicia social y bien común.

Al respecto dialogué con el inglés Ezra Joshua Edward Mishan (1917-2014), hijo de inmigrantes provenientes de Egipto. Estudió en las universidades de Manchester, Londres y Chicago, doctorándose en esta última en 1952. Entre 1956 y 1977 enseñó en la Escuela de Economía de Londres. En 1959 los editores de un par de revistas especializadas encargaron 12 artículos de reseña, sobre distintos campos del análisis económico. Mishan preparó el referido a "economía del bienestar", que se publicó en 1965.

-Según Euston Quah, usted fue uno de los primeros economistas que señaló que el crecimiento económico genera costos significativos, es decir, puede ser compatible con la disminución de la felicidad y el bienestar social. Por ejemplo, deteriora la paz mental, el espacio y el aire puro.

-Publiqué Los costos del crecimiento económico en 1967, cuando reinaba la "crecimientomanía", por razones más ideológicas que económicas. La carrera entre el capitalismo y el comunismo se centraba, particularmente, en la tasa de crecimiento del PBI que generaba cada sistema económico. Me costó muchísimo publicar la obra. Se la envié a un editor, quien me mandó un conjunto de críticas elaboradas por un árbitro. Le dije que, o lo publicaba como estaba, o nada. Accedió. Fue un éxito rotundo, que me convirtió en un teórico creativo, aunque algo excéntrico.

-¿Cuál es la tesis?

-Ojalá no se hubieran inventado el auto y el avión. Estamos en la senda de la autodestrucción. Un corte de luz, o la carencia de agua en una gran ciudad durante unos pocos días puede generar disturbios incontrolables. Sueño con comunidades sin transporte a motor, sin herramientas de jardinería eléctricas, sin estéreos a volumen máximo, etcétera. Sé que es una utopía, pero no subestimemos los costos.

-Notable cantidad de personas habla de justicia social, de bien común, etcétera, pero no es fácil...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR