La justicia procesa a Fillon y lo aleja todavía más del Elíseo

PARÍS.- Tras semanas de un rocambolesco escándalo que permite preguntarse si Francia no se ha transformado en una república bananera, el candidato presidencial de la derecha, François Fillon, fue imputado ayer por la justicia por "malversación de fondos públicos", "complicidad y encubrimiento de abuso de bien social" y "violación de la obligación de presentar su declaración a la alta autoridad de la transparencia de la vida pública".

Inicialmente prevista para hoy, en el marco de la investigación sobre supuestos empleos ficticios en beneficio de su esposa y dos de sus hijos, "la audiencia fue adelantada un día para que pudiera llevarse a cabo en condiciones de serenidad", según explicó su abogado, Antonin Lévy.

Comprometedora en el plano político, la imputación de ayer no significa una declaración oficial de culpabilidad. Al término de la instrucción, Fillon podrá ser enviado a juicio o ser sobreseído.

Durante la audiencia, el candidato presidencial del partido de derecha Los Republicanos (LR) se negó a responder las preguntas de los jueces y se limitó a leer una larga declaración en la cual ratificó la posición que asumió desde que estalló el escándalo, hace dos meses y medio: que "la realidad" del trabajo de su esposa, Penélope, "es innegable". También denunció a los jueces, que "decidieron convocarme en forma precipitada por hechos que, en algunos casos, sucedieron hace 20 años".

Persistir en esa línea de defensa permite a Fillon mostrarse como víctima de un complot político, judicial y mediático. También envía a su electorado el mensaje de que tiene derecho moral de mantener su candidatura, aun después de haber sido inculpado.

El problema es que cada día que pasa trae su nuevo lote de revelaciones que, por su gravedad, bastarían para justificar el creciente desamor de la gente por la política.

Los jueces tratan ahora de seguir la pista de un préstamo de 50.000 euros no declarados que le acordó en 2013 su...