La Justicia y el Gobierno atraviesan un momento de máxima tensión

La relación entre el gobierno de Mauricio Macri y los jueces federales de Comodoro Py atraviesa un momento de máxima tensión.

El enfrentamiento ya no pasa por quienes se sitúan a un lado o al otro de la grieta kirchnerista o antikirchnerista, sino que se trata de una disputa de poder.

Cronológicamente, los sucesos pueden ordenarse así: el viernes 19 de mayo se establecieron en el Salón Azul de la Facultad de Derecho las bases de la Asociación de Jueces Federales (Ajufe) de la República Argentina. Allí los hombres fuertes de Comodoro Py 2002 y sus colegas federales del interior se constituyeron institucionalmente como una usina de poder. Hubo 80 presentes, con mandato escrito de más de 200. Ariel Lijo, alma máter de Ajufe y maestro de ceremonia de la asamblea fundacional, advirtió entonces que no actuaban en contra de nadie. Y ahora completa: "La Ajufe no está para atacar, ni para defender a nadie" .

Estaban todos. Porque la grieta no los separa cuando están bajo fuego. Había kirchneristas, legítimos, macristas liberales, progresistas díscolos, tranquilos, tímidos y revolucionarios. Hasta la plana mayor del kirchnerismo en tribunales, representada por el juez de Casación Alejandro Slokar, estaba presente por poder. Se lo dio a uno de los habituales interlocutores de Ricardo Lorenzetti: Ariel Lijo. El agua y el aceite. El presidente de la Corte bendijo el encuentro.

El segundo acontecimiento que se hilvana con la asamblea de magistrados ocurrió tres días después. Elisa Carrió, la linterna que usa Mauricio Macri para iluminar los -para él- indescifrables despachos de tribunales, dijo públicamente que todos -propios y extraños- defendían a Julio De Vido.

Esta afirmación en medio del caso Odebrecht hizo estallar todo: los jueces se pusieron en guardia y aceleraron sus expedientes, los fiscales buscaron contactar a sus colegas brasileños, que ya habían condenado a casi 100 personas por el caso. El Gobierno sobreactuó las investigaciones sobre las coimas, para buscar el nombre de De Vido en las confesiones de los arrepentidos brasileños, mientras se pregunta si aparecerán nombres de amigos del Presidente en esa lista de intermediarios que trajeron sobornos para la adjudicación de obra pública. El ministro Germán Garavano viajó a Washington a buscar esa información en poder de la justicia norteamericana, corriendo carreras con la procuradora Alejandra Gils Carbó -de quien desconfía- para ver quién obtiene primero los datos.

Los reclamos sobre De...

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