La jurisprudencia de la corrupción

Fecha de publicación16 Abril 2024
El juez Ariel Lijo Si uno retira un poco el zoom de la vida cotidiana, de las polémicas de cada día, que en el clima de un país gobernador por Javier Milei son constantes, y mira el paisaje general, va a ver que la Argentina y la política están atrapadas en una enorme paradoja. La historia nos ha traído a través de infinidad de factores a un momento económico, de nuevo, extraordinariamente dramático. Existe un Estado elefantiásico que creció durante los últimos 20 años de manera insostenible. Vemos un desbarajuste fenomenal de precios relativos, valores que se tornan inalcanzables para salarios y jubilaciones que se van licuando. Hay ajustes de tarifas que se vuelven difíciles de afrontar con el sueldo normal que ofrece la economía argentina. Contamos con una economía asfixiada por regulaciones estatales, y una inflación que estuvo al borde de la hiper cuando llegó el actual gobierno. Este es el paisaje en el que se inserta el liderazgo de Javier Milei Ese liderazgo contrasta con el tamaño de las dificultades, porque el electorado encargó resolver esta agenda a una administración carente de senadores y diputados, sin anclaje territorial por falta de intendentes y gobernadores, con poca relación con el mundo sindical y en conflicto con los movimientos sociales. En resumen, hablamos de un gigantesco problema económico que requiere medidas muy desagradables y que tiene como encargado para su resolución a un equipo con una gran indigencia en términos institucionales Milei compensa, conscientemente o no, estas fragilidades propias y de su grupo a través de una gran convicción, un sentido misional que bordea o se confunde con lo religioso. Va en pos de sus objetivos, que son muy pocos y muy lineales, con una pasión ajena a cualquier tipo de formalidad, como si se llevara todo por delante. Está logrando, a pesar de esa falta de recursos políticos, algunos objetivos importantes . Uno tiene que ver con su obsesión, que es la baja del gasto público, que fue llevaba a cabo a hachazos, por medio de una gran licuación y contracción del gasto, que el mismo Fondo Monetario Internacional (FMI) pregunta si es sostenible. Y logró también una baja de la inflación a costa de una recesión inquietante La historia quiso entonces que un momento de decisiones tan duras sea abordado por un equipo de políticos con recursos institucionales muy escasos. Grandes problemas, pocos recursos y tres límites principales: un límite judicial , dentro del cual se inscribe la gran polémica que se ha abierto en la Argentina por la integración de la Corte; un límite político-institucional , que podemos llamar "gobernadores-Congreso"; y un último límite, social, un tanto misterioso. Javier Milei y Victoria Villarruel, en la ceremonia oficial que conmemora el 42º aniversario de la Guerra de las Malvinas El límite judicial es el que le plantea la Justicia al Gobierno, demarcación obvia y objetiva que se agudizó por la peculiaridad de La Libertad Avanza de carecer de fuerza parlamentaria. Si se carece de apoyo en el Congreso, muy probablemente la gestión se va a tener que basar en Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), y esos DNU, por su misma naturaleza, son polémicos y terminan en la Corte Suprema de Justicia. El Tribunal Supremo hoy tiene sobre la mesa infinidad de temas de alta sensibilidad política. Entre ellos, el DNU 70/23 , una gran carta a los Reyes Magos con una cantidad de reformas en su articulado. Está en la Justicia porque, entre otras cosas, algunas provincias como La Rioja plantearon la inconstitucionalidad completa de este decreto. Como ya le pasó a Macri, todo el paquete tarifario también terminará seguramente en la Corte. No nos olvidemos que Milei está tratando de ajustar las tarifas en tres meses y el máximo tribunal, de manera tácita, le había impuesto a Macri en el año 2016 que podría llevar a cabo el mismo ajuste en un período de tres años. Muy probablemente la Corte le ponga un límite a Milei, si decide ser consistente con sus otros pronunciamientos. La discusión con las provincias es otro tópico que alcanzó a la Justicia. En los últimos meses vimos una incansable negociación del ministro del Interior, Guillermo Francos, con los gobernadores. Y mientras avanza esta negociación, que puede ser exitosa y llevaría a que la semana próxima puede llegar a tratarse en el Congreso la reforma fiscal, el impuesto a las Ganancias y la ley de Bases, las provincias han ido introduciendo distintas demandas en la Corte de manera casi silenciosa. Objetan la caída de giros desde el estado nacional para distintos fondos como el educativo o de transporte. Objetan el DNU en su totalidad. Objetan que el Gobierno no les cubre determinados gastos provinciales. La Corte se transformó en un árbitro con gran injerencia en la relación entre provincias y Nación, que sólo en apariencia se sitúa solamente en una mesa entre gobernadores, Francos y eventualmente Luis "Toto" Caputo. Fuera del ámbito económico, los jueces del máximo tribunal del país tienen otros temas de mucha sensibilidad que tratar. Por ejemplo, el interrogante de si es constitucional o no la reelección indefinida del gobernador de Formosa. Para ponerle nombre y apellido, Gildo Insfrán. Guillermo Francos, durante un acto...

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