Juramento

Si la idea es llamar la atención, lo están consiguiendo. Aunque importantes, los juramentos de los senadores y diputados nunca lograron escapar de la gris formalidad de los actos institucionales. En los últimos años, las ceremonias han ganado el efímero interés que provoca la sorpresa por la sorpresa misma. Jurar por la Constitución con la mano en la Biblia es un clásico en desuso. La excepción de quienes limitaban su juramento a mentar "a la patria" es también un lugar común.

Ayer, en Diputados, hubo una nueva versión de juramentos, corregida y aumentada. A los que renovaron la versión de encomendarse a los desaparecidos de la dictadura o sus héroes políticos se sumaron los que juraron para que liberen a Milagro Sala y por la memoria de Santiago Maldonado. Jorge...

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