Julio María Sanguinetti: 'La falta de moderación es un rasgo de nuestra época'

El expresidente del Uruguay Julio María Sanguinetti en la entrevista con LA NACION.

Julio María Sanguinetti acaba de llegar a Buenos Aires para un acontecimiento cargado de simbolismo. Hoy presentará, junto a su histórico adversario, José "Pepe" Mujica , un libro que recoge largas conversaciones entre ellos. Es mucho más que un hecho político y cultural. Es la demostración de que las diferencias ideológicas no tienen por qué arrasar con la posibilidad del diálogo. Esta "extraña pareja" -como la define, con humor, el propio Sanguinetti- nos recuerda que, aun en la era de la polarización y los antagonismos, la convivencia democrática es un valor esencial. Sanguinetti habló ayer con la nacion sobre estos significados y valores. Su testimonio trasciende los liderazgos y las actitudes individuales para ofrecer, desde el Uruguay, un modelo de convivencia y pluralismo que tal vez pueda iluminar a la región e inspirar a los argentinos.

-El libro que usted viene a presentar junto al expresidente Mujica parece, antes que nada, una reivindicación del arte de conversar. ¿Siente que se ha debilitado ese hábito en la era de las redes y en el vértigo de la vida contemporánea?

Se ha debilitado, sin duda, el placer de la conversación. Se ha ido reduciendo en la prisa de la vida moderna y en los cambios de comportamiento. Uno hoy va a un restaurante y ve a muchas parejas concentrados cada uno en su teléfono. Es la pérdida del diálogo y un fenómeno de incomunicación. El ciudadano de nuestro tiempo piensa que es el más comunicado del mundo. Y eso es porque le escribe al gobierno por Facebook, aunque el gobierno ni se entera, pero él cree que lo hace temblar con su acusación; participa de grupos de WhatsApp con cinco o seis amigos, y se imagina que el mundo es ése. La vida de relación, entonces, ha perdido mucho del cara a cara, que es esencial para la comunicación humana. Y de ahí proviene el debilitamiento del diálogo. Por eso tenemos que rescatarlo más que nunca. Los cambios de la civilización digital son inevitables, el tema es cómo los administramos, cómo los absorbemos para que no nos deshumanicen. Cuando apareció el arte abstracto, Ortega y Gasset escribió ´La deshumanización del arte´; sin embargo, después lo asumimos, y Picasso no nos parece extravagante ni mucho menos…

-¿Y cómo afecta a la política el debilitamiento del diálogo?

La democracia se basa en la racionalidad ciudadana. Aristóteles se quejaba del valor aritmético de la democracia: al final, termina en un número que hace la mayoría. Pero no se ha encontrado nada mejor. Y la democracia se nutre en el diálogo. Cuando se debilita el ejercicio de la discusión sensata y moderada, y subrayo la palabra moderada, aparecen los fenómenos totalitarios o los fenómenos populistas que nos han asediado en los últimos años. Entonces, hoy el ágora son las redes; antes eran la asamblea pública, el club político, la parroquia, la cooperativa, el club social, el copetín… Hoy la vida social pasa por las redes, con sus ventajas y sus cosas negativas. Lo positivo es que hoy nadie está lejos. Son herramientas fantásticas, que han permitido cosas notables. Pero como toda herramienta, puede ser bien o mal utilizada. Si no, miremos la energía nuclear.

- Con el expresidente Mujica proponen no solo un modelo de diálogo, sino de encuentro entre adversarios y de...

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