Julio Aro, el ex conscripto que impulsó el acuerdo

"Soldado argentino sólo conocido por Dios": esa es la inscripción que está en 121 de las cruces del cementerio argentino de Darwin y que le "partió la cabeza" a Julio Aro cuando volvió a Malvinas, en 2008. Había estado como conscripto en la guerra y entendió que él podría haber sido uno de los que yace en una tumba sin nombre.

De vuelta en la Argentina, fundó la ONG No Me Olvides y comenzó a trabajar para identificar a los caídos y ponerles nombre a todas las tumbas. No fue fácil. Recorrió el país visitando las familias de los soldados cuyos cuerpos no habían sido reconocidos, e intentó gestiones con el gobierno argentino, pero al final fueron dos ingleses los que destrabaron el conflicto: Geoffrey Cardozo y Roger Waters.

El primero es un soldado británico que estuvo encargado de enterrar a los argentinos y organizar el cementerio de Darwin una vez terminada la guerra. Aro se reunió con él en Londres, en 2008, y se fue con un informe pormenorizado que Cardozo había elaborado durante su trabajo en Malvinas. Estaban los detalles de todos los caídos, incluso aquellos que no había podido reconocer, que incluía dónde los había encontrado y en qué tumba estaban enterrados. "No enterré ningún cuerpo sin antes haberle dado vuelta todos los bolsillos y cerciorarme de que no podía ser identificado", recordó Cardozo en...

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