Juicio político sí, decreto no

La Casa Rosada evalúa optar por el atajo. O dicho de otro modo: el presidente debate con un puñado de asesores si puede echar por decreto a la procuradora . Sería un grave error.

El ministro de Justicia, , negó el martes que Macri evalúe desplazar a Gils Carbó por decreto. Pero la opción sigue allí, latente. El diputado y miembro del Consejo de la Magistratura, Pablo Tonelli, redactó el primer borrador allá por diciembre de 2015 y desde la Casa Rosada le pidieron una nueva versión de ese texto hace un par de semanas.

Junto a Macri, varios consideran que el Presidente puede firmar ese decreto. Se apoyan en que nada dice la Constitución Nacional sobre cómo designar o destituir a quien lidera la Procuración. Es cierto, pero sólo de manera relativa. Porque la Constitución debe leerse junto a los debates previos a su redacción y a sus reformas, así como con las leyes estructurales que derivan de ella.

Ese ordenamiento jurídico completo muestra que el mecanismo para destituir a Gils Carbó es el juicio político previsto en la Constitución. Es decir, que debe ser acusada ante la Cámara de Diputados de la Nación, que esa acusación debe ser aprobada por dos tercios de los votos presentes en esa Cámara y que luego el Senado también debe aprobar su caída con el mismo umbral de votos: dos tercios de los presentes.

Si Macri opta por el decreto, acaso salga airoso en el corto plazo. Pero se abrirán nuevos y mayores desafíos. Tanto para él como Presidente como para el país. ¿Por qué?

Uno, ¿para qué lo votaron a Macri quienes optaron por él en 2015? Para cambiar el país, esperanzados en que la Argentina sea, al fin, "normal". ¿Qué significaría "normal"? Un país donde impere el Estado de Derecho, donde las instituciones estén por encima de sus ocupantes transitorios, donde un presidente no pueda hacer lo que le plazca con su sola firma, donde invertir no equivalga a jugar a la ruleta porque las reglas pueden trastocarse de la noche a la mañana. Porque este es el país donde el Congreso, por ejemplo, votó que los depósitos eran "intangibles" y todos comprendieron entonces que se venía la debacle.

Dos, porque Macri ya tropezó con esa piedra. Ocurrió cuando recién se acomodaba en la Casa Rosada. Intentó designar por decreto a dos ministros de la Corte Suprema. Se asesoró mal. Y chocó contra la pared. Del mismo modo que también intentó recurrir a un atajo para subir las tarifas sin convocar a las audiencias públicas. Y chocó contra otra pared. Y en ambos casos...

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