Se jugaban mucho, pero hicieron poco

ROSARIO.? Desafío de grandes, juego pobre. Aperitivo de choque de primera en la B Nacional y mucha historia en ambas camisetas para tan poca valentía. Desbordante cantidad de público en el Gigante de Arroyito como para motivar. Insuficiente calidad de fútbol como para entusiasmar. Al fin, fue el choque de los dos equipos más encumbrados de la categoría, quizás el partido de la temporada. Sin dudas, uno de los peores del campeonato. Quedaban pocos minutos para el final, y como el partido no dejaba de ser lacerante para la vista, la mirada de Matías Almeyda se va de la escena y el cuerpo lanza una patada al aire de bronca ante la enésima jugada desperdiciada por sus dirigidos. Sabe que el destino está marcado y el regreso a primera sólo se dará acompañado por el sufrimiento hasta el final.No es sencillo comprender la circunstancia de un equipo que está frente a la necesidad de trepar a la punta y bajar las posibilidades de su rival directo ?incluso sabiendo de antemano del empate de Instituto? con la imagen tan opaca del partido que desplegó. De las características que se pretenden de un equipo con afán de gloria, River eligió las peores, sin salirse del libreto y perturbado por sus propias tensiones. En ese toque personal que le aportó a un encuentro rústico y aburrido, casi agresivo a la vista, y en complicidad con Rosario Central, estuvo la explicación definitiva, reflejada finalmente en el 0 a 0 que mantiene al conjunto millonario en la segunda posición. Puede ser que cada uno se guardó algo con que quedar contento; eso sí, el empate, lógicamente, fue mejor recibido por los locales.El equipo de Almeyda entregó muestras suficientes de que en el fútbol el envase puede ser bastante distinto de su contenido, y las expectativas quedaron claramente apartadas de la realidad. Como si el planteo de jugar con tres defensores y tres puntas se hubiera hecho con la única intención de plantear lucha en el medio y amontonamiento. Como si las presiones que fueron acumulándose durante la semana lo hubieran desbordado al punto de convertirlo en una mezcolanza...

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