Un juego que nació gracias al GPS

Aventura, juego y tecnología son los ingredientes más sobresalientes en la receta del geocaching, la versión new age de la búsqueda del tesoro. Este movimiento lúdico inicia cuando un participante prepara un caché (el tesoro, en la jerga), elige un escondite y publica en foros especializados las coordenadas y fotografías del lugar, con el ánimo de que otros se lancen a la búsqueda. Aquel que avanza en la dirección correcta y da con el botín estampa su firma en la bitácora o "logbook", toma alguno de los obsequios allí dispuestos (generalmente libros, discos, bijouterie, elementos de la naturaleza, pines o souvenirs; aunque existen regalos más sofisticados, como dispositivos tecnológicos) y deja a cambio algún otro objeto. "Un buen geocacher no toma un objeto sin dejar uno él también", versa una de las máximas de esta disciplina. Vuelve a esconder el caché y regresa al sitio web de origen para contar su experiencia, las particularidades del caché y de la zona, y las curiosidades aparecidas en el camino hacia el tesoro.La singularidad de esta práctica radica en que en vez de buscar con la asistencia de un mapa de papel y una brújula que señala el norte del globo, la pesquisa es comandada por un dispositivo GPS. Si bien los hay de mayor precisión, son útiles para jugar los que se usan comúnmente en los automóviles y aquellos que se integran muchos de los teléfonos móviles del mercado. En relación con los smartphones, existen herramientas dispuestas en las tiendas de aplicaciones que proveen coordenadas, indicación de cachés próximos al usuario y consejos para la práctica: las hay para los sistemas operativos más populares del sector. Sólo hay que afinar el lápiz en Google Play, iTunes o Windows Phone Marketplace.Cachés en el mundoEn mayo del año 2000, el gobierno estadounidense encabezado por Bill Clinton permitió al usuario común aprovechar los beneficios de los satélites dispuestos para el posicionamiento. Con anterioridad a esta apertura, la eficiencia de los receptores comerciales era menor en relación a la que utilizaban las fuerzas militares, por entonces dueñas de la precisión plena del GPS.Enterado de la noticia, David Ulmer, miembro de un foro dedicado a este tipo de tecnologías, decidió celebrar: escondió un tesoro, compartió las coordenadas e invitó a ir en su búsqueda haciendo uso del reforzado GPS. A catorce años de aquella piedra fundamental para la actividad, la misma goza de vigor a nivel global: según Geocaching.com, sitio de referencia a...

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