Juan Schiaretti: ¿un pacto para que nada cambie?

El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti

Es una verdad de Perogrullo. Se requiere contar con una gran mayoría para gobernar, sí . La pregunta es: ¿para hacer qué cosa? No sirve el apoyo del 70 por ciento de la Argentina corporativa, sino el 70 por ciento de las opiniones ciudadanas. Y eso se logrará con la transparencia en los objetivos y los necesarios acuerdos parlamentarios.

¿Qué acuerdo programático preelectoral se podría firmar con Juan Schiaretti y, si se firma, cuál es la garantía de cumplimiento? No es una pregunta por él, sino por lo que implica. ¿Contendría la reforma sindical, la reforma laboral, la reforma del Estado, la apertura de la economía, la recuperación de las empresas estatales cooptadas y fundidas por la ineptitud cleptómana, la independencia total de la Justicia o la reforma sanitaria que libere a los argentinos de la dictadura corrupta de las obras sociales sindicales?

No podría sostener que es imposible un acuerdo con Schiaretti o cualquier peronista, o cualquier compatriota de cualquier fuerza política. La cuestión es para qué acordar y en qué momento

Más bien se trataría de un pacto para que nada cambie, y si se deseara, cambiar, desestabilizar al gobierno al que eventualmente perteneciera. ¿O no recordamos al acuerdo de la Alianza, con la deserción del peronismo del Frepaso en la mitad del gobierno y el golpe de diciembre de 2001, motorizado por la "corporación de la decadencia" en pleno, con el ariete de choque del peronismo político, gremial, piquetero y parlamentario? ¿Cuánto duraría el presidente de un eventual gobierno de este "70 por ciento" si decidiera cambiar la ley de asociaciones profesionales, la de obras sociales, la grotesca protección arancelaria de los empresarios rentistas, terminar con el narcotráfico, poner en regla a las empresas de servicios públicos, sancionar una ley de coparticipación federal o llegar a un Estado sin déficit?

No podría sostener que es imposible un acuerdo con Schiaretti o cualquier peronista , o cualquier compatriota de cualquier fuerza política. La cuestión es para qué acordar y en qué momento. Y eso debe formar parte del debate electoral transparente, que sirva para hacer pensar a los ciudadanos sobre cuál es el mejor camino para la Argentina y lo lleve a reflexionar sobre lo que está decidiendo cuando vota. Un "trato pampa" no fabricaría un acuerdo lúcido y transparente, sino que lo anularía.

La democracia exige honestidad. Esa honestidad debe mostrarse en las...

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