Juan Martín Hernández: “Acá no se respeta ni siquiera al peatón”

Hace un tiempo, Juan Martín Hernández –uno de los jugadores de rugby más destacados de nuestro país–, anunció su retiro del ambiente profesional. Con eso empezó a recorrer distintos caminos, varios de los cuales lo acercaron al mundo de las cuatro ruedas.

Nacido en San Nicolás de los Arroyos hace 36 años, como jugador cubrió los puestos de apertura, centro y fullback, donde siempre se destacó tanto en su club, Deportiva Francesa, como en el seleccionado nacional. Antes de viajar a competir en clubes internacionales, Juan Martín también se preparó en otros aspectos: "Aprendí a manejar cuando tenía 16 años. Mi papá me enseñó en un Fiat y luego saqué el registro. Fue una sensación maravillosa, de independencia, de ir a donde y en el horario que yo quería. No soy fanático de la velocidad porque soy muy prudente. Pero en la época de adolescente, cuando vas descubriendo las cosas, tenía otra mirada".

Con varios equipos de Francia ganó diferentes campeonatos y en 2006 fue destacado como Apertura del Año y como el mejor mundo en su puesto por la prensa especializada. Posteriormente viajó a Sudáfrica para incorporarse a Natal Sharks y luego de un año retornó a Francia donde compitió hasta 2015; de 2016 al 2018 entregó sus habilidades a los Jaguares. Uno de los momentos más recordados de su participación en el seleccionado nacional fue en el Mundial de 2007, en el que Los Pumas terminaron terceros.

Respecto de los vehículos que ha tenido, comentó: "El primer auto que compré con mi dinero y lo tuve a mi nombre fue hace poco, porque como jugador de rugby y al irme muy chico del país, a los dos años de sacar el registro viajé a Europa y en los clubes donde jugaba me daban un auto y la casa como parte del contrato; así pude manejar muchas marcas y modelos".

¿Y cuál fue ese auto? "Compré un Ford Mustang de 1966. Lo elegí porque es el auto que me gusta, el de mis sueños; además, me parecía que estaba bueno así que se dio una oportunidad y lo compré. Es un auto que uso poco, porque desde 2017 tengo un Volvo V40 que manejo a diario (fue el segundo auto que compré)".

Al recordar su paso por Sudáfrica, expresó que en Durban –donde jugaba– "el auto era muy necesario para ir de un lado al otro". Y agregó: "Allá me encantaba entrar a las reservas naturales de animales, porque es una experiencia de las más lindas y diferentes que se puedan vivir. Iba manejando y al lado pasaban una jirafa y su familia y otros animales... el auto tenía techo de vidrio y los veía...

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